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Obama tratará de apuntalar su legado y derribar el mito del 'pato cojo'

  • El presidente de EEUU encara la recta final de su mandato con las prioridades de Guantánamo y el control de armas

Tan pronto acabe hoy sus vacaciones navideñas en la hawaiana isla de Oahu, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, enfilará su último año en la Casa Blanca dispuesto a apuntalar su legado y derribar el mito del pato cojo.

El mandatario demócrata, que llegó al poder en 2009 e hizo historia como primer presidente negro del país, encara 2016 decidido a evitar el sambenito del lame duck (pato cojo) antes de que su sucesor salga de las urnas en las elecciones del 8 de noviembre.

Esa etiqueta hace referencia -entre otras interpretaciones- al último bienio de un segundo mandato sin posibilidad de reelección, donde el inquilino de la Casa Blanca tiene una fecha de caducidad cada vez más clara y un margen de maniobra cada vez más reducido.

Casi nadie daba un centavo por Obama hace poco más de un año, cuando la oposición republicana se hizo con el dominio de las dos cámaras del Congreso tras el descalabro del Partido Demócrata en los comicios legislativos de noviembre de 2014.

El presidente contraatacó con dos armas: una ambiciosa política exterior y una batería de órdenes ejecutivas.

Esa ofensiva alumbró la apertura de EEUU a Cuba, el pacto internacional sobre el programa nuclear de Irán, el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) entre doce países y el importante convenio contra el cambio climático en la Cumbre del Clima de París.

Fueron éxitos que, en clave internacional, quizás tuvieron como contrapartida las dudas sobre la estrategia del presidente contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI), basada en bombardeos sin el despliegue de tropas de EEUU y el adiestramiento de fuerzas locales, tras los ataques de los yihadista que golpearon París el 13 de noviembre.

Con una orden ejecutiva, Obama decretó el freno temporal de la deportación de cinco de los más de once millones de indocumentados que viven en Estados Unidos, si bien ese plan está bloqueado judicialmente a la espera de la resolución del Tribunal Supremo.

Con la vista puesta ahora en los escasos once meses que faltan hasta los comicios presidenciales, que prometen ser un referéndum sobre sus dos mandatos, Obama quiere de nuevo "batir las alas".

Entre sus prioridades figura la promesa del cierre de la cárcel de Guantánamo (Cuba), que aún acoge a 107 presos de la guerra estadounidense contra el terrorismo islamista. También tiene Obama en el punto de mira su ferviente deseo de ampliar los controles para comprar armas de fuego.

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