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Obama se salta una generación

  • El candidato negro es la esperanza de su comunidad, donde muchos creían que pasarían años antes de ver a uno de los suyos con opciones reales de ser presidente

Barack Obama se ha convertido en la esperanza de los negros en Estados Unidos, un país donde los afroamericanos apenas pueden creer que uno de los suyos tenga una posibilidad real de ser presidente del país.

Pero ahí está Obama, elogiado por la mayoría, demostrando que, como él dice, no hay una nación blanca y una negra. Hay sólo una nación.

"Yo rezo para poder verlo con mis ojos. Sólo espero que no le pase nada, que no le asesinen antes de llegar". Así opina Earl Hall, un hombretón de más de dos metros y 42 años que reside en Washington y que aprendió a leer de verdad cuando era adulto, a pesar de haber nacido en el país más rico del planeta.

En su memoria está Martin Luther King, que llenó a los negros de esperanza y al que derribaron las balas asesinas hace 40 años.

Obama es una nueva hornada de líder negro, pues no salió de la elite política formada en la lucha en pro de los derechos civiles.

Durante la campaña, el demócrata ha evitado denunciar la discriminación que aún sienten muchos afroamericanos con un llamamiento a la unidad nacional para que no le encasillen como un político "negro".

Aun así, su mensaje de cambio y el simbolismo de su candidatura han generado ilusión en los barrios de clase media e incluso en los guetos de droga y violencia en los que viven los descendientes de los esclavos.

Como muestra está la victoria en Mississippi, el Estado con mayor población negra del país, donde ganó con alrededor del 60% de los votos.

Pero mayor simbolismo tiene el 85% del voto negro que Obama obtuvo en Texas y el 88% en Ohio, unos resultados que reflejan aproximadamente el nivel de apoyo que ha recibido en las primarias del partido.

"Hablar de un hombre negro en la Casa Blanca era cosa de broma, como decir que algo no va a pasar nunca", afirma Marcus Lewis, un contable de 31 años.

"Es algo muy emotivo para mi ver que el sueño americano está de verdad al alcance de todos y que una persona como yo, un afroamericano, pueda ser presidente", añadió.

La revista Ebony, una de las publicaciones negras más influyentes, abrió una edición con una foto del apuesto Obama y el titular Durante nuestra vida. Es noticia que un afroamericano pueda llegar a la Casa Blanca durante la generación actual. "Yo pensé que tal vez ocurriría durante la vida de mis hijos", asegura Christina Griffith, que sólo tiene 23 años.

El entusiasmo de los afroamericanos de Washington manifiesta un fenómeno a nivel nacional que ha sorprendido a analistas, políticos e incluso a los propios candidatos de los partidos.

"La idea de un hombre negro subiendo a la posición máxima en el país, el puesto más poderoso del mundo, obviamente tiene un gran significado simbólico", asegura Eddie Glaube, profesor de la Universidad de Princeton.

"Refleja un cambio extraordinario para los jóvenes que están como encerrados en esas comunidades de bajos recursos y admiran únicamente a cantantes de hip-hop y traficantes de drogas", añadió Glaube.

Para los mayores estadounidenses también marca un antes y un después, pues muchos recuerdan la humillación de la discriminación legalizada.

Hace tan sólo 50 años, por ejemplo, algunas escuelas del sur de EEUU prefirieron cerrar las puertas antes que admitir a estudiantes negros, como había ordenado el Tribunal Supremo.

El senador por Illinois no es el primer negro que consigue la candidatura demócrata o republicana a las elecciones.

Jesse Jackson y Al Sharpton fueron los de mayor éxito, pero ambos sabían que no tenían posibilidades de ganar e hicieron campaña para atraer la atención de la opinión pública hacia los problemas más importantes de los afroamericanos. No tuvieron éxito.

Sin embargo, Obama, tras su triunfo en Iowa, el primer Estado que votó en las primarias y donde apenas hay afroamericanos, mostró a los negros que los blancos también le apoyaban y desde entonces han respondido con un respaldo arrollador.

Los afroamericanos claramente están preparados para un presidente negro, ¿pero lo están los blancos? Habrá que esperar y ver.

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