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La OTAN y Rusia no logran acercar posturas sobre el escudo antimisiles

  • La Alianza Atlántica, y especialmente EEUU, vuelve a dejar claro a Moscú que, pese a sus amenazas, va a seguir adelante con el despliegue del sistema defensivo

La OTAN y Rusia fracasaron ayer en sus intentos por resolver la división causada en torno al sistema de defensa antimisiles que prepara la Alianza Atlántica en Europa.

Los ministros de Exteriores aliados se vieron ayer con su homólogo ruso, Sergei Lavrov, por primera vez desde que el mes pasado el Kremlin amenazara con una movilización militar ante el proyecto de la OTAN.

"No es un secreto que sigue habiendo diferencias sobre cómo organizar nuestra cooperación en este área", admitió al término de la reunión el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen.

La Alianza y especialmente EEUU volvieron a dejar ayer claro a Rusia que van a seguir adelante con el despliegue de su escudo antimisiles y que no aceptarán un no de Moscú a la iniciativa. "Ningún aliado dentro de la OTAN va a dar a ningún país de fuera de la Alianza un derecho de veto" sobre cómo organizar su defensa contra misiles, señaló la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton.

La Alianza Atlántica, por contra, volvió a insistir a Moscú en que ese sistema no debe despertarle ningún tipo de preocupación, pues no va dirigido en su contra. "He subrayado repetidamente que el sistema de defensa de la OTAN no va contra Rusia. Nosotros no consideramos a Rusia un enemigo, consideramos a Rusia un socio", subrayó Rasmussen.

Más clara sobre el objetivo del escudo fue Clinton, cuyo Gobierno proporcionará los elementos claves para proteger el territorio europeo de posibles ataques.

"No se trata de Rusia, se trata de Irán y otros estados o actores que están buscando desarrollar tecnología de misiles", garantizó.

Mientras, Moscú sigue reclamando "garantías jurídicamente vinculantes", recalcando que "las buenas intenciones vienen y se van mientras que las capacidades militares se mantienen". "Estamos dispuestos a dialogar, pero si las preocupaciones rusas no se tienen en cuenta, responderemos adecuadamente a todos los niveles", advirtió Lavrov.

El mes pasado, el Kremlin amenazó con emplazar en el sur y el oeste de Rusia sistemas de armamento de ataque modernos que estén en disposición de garantizar la destrucción del componente europeo del sistema antimisiles. Anunció además el despliegue de un radar de alerta temprana sobre ataques con cohetes en Kaliningrado y dio la orden de dotar todos los misiles balísticos en servicio de cargas de combate capaces de superar defensas contra misiles.

El temor de Moscú es que un sistema sofisticado de interceptación de misiles en el este europeo deje sin efecto una de las claves de su poder de disuasión, la capacidad de lanzar proyectiles de largo alcance con cabezas nucleares.

Ayer, Clinton garantizó que el escudo en desarrollo "no amenazará la disuasión estratégica de Rusia ni podrá hacerlo".

El objetivo de la OTAN es declarar la "capacidad operativa inicial" del sistema -es decir, que sus primeros elementos estén instalados y en funcionamiento- en mayo, coincidiendo con la cumbre que los líderes de la Alianza celebrarán en Chicago (EEUU). Rasmussen defendió la posibilidad de lograr de aquí a esa fecha un acuerdo con Rusia que ponga fin a las tensiones y permita a las dos partes cooperar.

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