Con una Europa sacudida por una crisis migratoria sin precedentes, la ONU levantó ayer la voz para pedir a Grecia que lidere las acciones frente al aumento de llegadas a sus costas y a Francia que aplique un plan de emergencia ante la crítica situación en Calais.

Según las cifras que maneja el Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (Acnur), en los primeros siete meses de este año más de 225.000 inmigrantes y refugiados han llegado a la Unión Europea (UE) por el Mediterráneo, de los que más de la mitad -unos 124.000- desembarcaron en Grecia, principalmente en las islas de Lesbos, Kos, Quios, Samos y Leros.

Los registros indican que las llegadas a las islas griegas se han incrementado en un 750% entre el 1 de enero y el 31 de julio, con respecto al mismo periodo del año pasado. La aceleración de los desembarcos de inmigrantes y refugiados en Grecia ha sorprendido a todos, pero tiene varias explicaciones, dijo en rueda de prensa en Ginebra el director para Europa del Acnur, Vincent Cohetel.

La situación de desgobierno en Libia, que había sido en los últimos años el principal punto de partida de las barcazas rumbo a Italia, y los constantes naufragios en esta ruta han convertido el trayecto entre las costas de Turquía y algunas islas griegas en la alternativa "más segura y barata". "En los medios locales en árabe y entre la comunidad siria se desaconseja ahora cruzar el Mediterráneo por su parte central", precisó Cohetel.

Sólo en el mes de julio se registraron 50.000 llegadas a Grecia, lo que significó 20.000 más que el mes anterior.

Los refugiados sirios representan el 63% del total de personas que llegan a Grecia.

Los afganos son la segunda nacionalidad más numerosa y, de acuerdo con testimonios recogidos por el Acnur, algunas huidas recientes se deben a pactos sellados entre el grupo terrorista Estado Islámico y los talibanes para imponer sus reglas sobre la población.

Pero las condiciones que se encuentran estos y otros refugiados al llegar a Grecia son "caóticas", prácticamente no existen lugares de acogida apropiados y, cuando los hay, "se parecen más a centros de detención", advirtió Cohetel.

"Pedimos al Gobierno de Grecia que asuma el liderazgo y la coordinación de la respuesta a esta emergencia", resaltó el representante del Acnur, quien aseguró que esto permitiría a las organizaciones internacionales prestar la ayuda con la que cuentan de forma efectiva.

Las dificultades que tienen las autoridades griegas para gestionar esta situación se deben a varios factores, como las medidas de austeridad en el país que provocan una escasez de personal, así como las dificultades en la transferencia de fondos desde el Gobierno central a las islas. "Somos conscientes de las limitaciones del Gobierno griego, pero le pedimos que asigne lugares para los refugiados. Hay muchos cuarteles militares sin utilizar o tierras no cultivadas...Cualquier cosa es mejor que nada", declaró Cohetel.

Sobre la situación en Calais, Acnur reclamó a París un plan global de emergencia para atender la terrible situación de al menos 3.000 inmigrantes y refugiados varados en esa ciudad del noroeste de Francia. La mayoría espera la oportunidad de atravesar de forma irregular el Eurotunel, que conecta Francia y el Reino Unido por el Canal de la Mancha.