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Napolitano tranquiliza a Merkel y augura nuevo Gobierno en Italia "en semanas"

  • Rifirrafe diplomático entre la oposición alemana y el presidente italiano, que defiende a Berlusconi y Grillo "No estamos enfermos", afirma para frenar la desconfianza de los mercados

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente italiano, Giorgio Napolitano, lanzaron ayer mensajes de confianza en la gobernabilidad de Italia, pese a los temores a un contagio en los mercados y los insultos desde la socialdemocracia germana a Silvio Berlusconi y Beppe Grillo. Merkel confía "en el sentido de la responsabilidad" de la clase política italiana para encontrar el camino hacia la formación de un Gobierno después de las elecciones, afirmó el portavoz del Ejecutivo de Berlín, Steffen Seibert, tras el encuentro entre ambos líderes.

"No estamos enfermos y por tanto no hay que temer un contagio", afirmó Napolitano, en una comparecencia junto a su homólogo alemán, Joachim Gauck, y tras mostrarse convencido de que "en unas semanas" se formará el Ejecutivo.

Al presidente italiano le correspondió salir al paso en Berlín tanto a los temores, a escala global, de que la incertidumbre política romana infecte a la zona euro como al rifirrafe bilateral desatado por el líder de la oposición alemana, Peer Steinbrück. A lo primero contribuyeron las declaraciones, el martes, del ministro de Finanzas, Wolfgang Schauble, quien calificó de "problema" el resultado electoral en Italia. Las palabras del hombre fuerte de Merkel se interpretaron como una advertencia ante el hipotético papel clave que se perfila para el Movimiento Cinco Estrellas del cómico Grillo.

A ello siguió una afrenta más clara, ahora del opositor Steinbrück, conocido entre sus compatriotas por su falta de diplomacia, que se plasmó el martes en un acto público en que se declaró "hasta cierto grado indignado por la victoria de dos payasos".

Las declaraciones del principal rival de Merkel en las generales del 22 de septiembre causaron indignación en Italia, más allá de las diferencias políticas, a lo que siguió la cancelación del encuentro que el miércoles tenía previsto Napolitano con Steinbrück.

"Está claro que no es correcto", dijo el presidente italiano ayer, en su comparecencia con Gauck, para añadir que "cada uno puede pensar lo que quiera", pero debe guardarse también de "ser equilibrado" al evaluar los resultados electorales de otro país.

Steinbrück trató de suavizar las cosas con una llamada telefónica a Napolitano, pero el presidente italiano dio por cancelada la cita en aras de la neutralidad debida a su cargo, según explicó el portavoz del líder socialdemócrata. Las palabras del rival de Merkel desataron las críticas de las filas gubernamentales, que las consideran indignas para alguien que aspira a la Cancillería de la primera potencia europea.

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