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Michelle rompe esquemas

  • El periódico 'TheTimes' y otros diarios conservadores británicos lanzan críticas a la primera dama estadounidense por abrazar a la reina Isabel II saltándose el protocolo

Todo el mundo esperaba que Michelle Obama causase sensación en su primer viaje a Europa, pero la verdadera conmoción ha sido la inusitada muestra de afecto que le demostró la reina Isabel II de Inglaterra, que incluso ha dejado perplejos a los estadounidenses.

La breve imagen en la que se ven a la Reina y a la primera dama estadounidense con los brazos cruzados por la espalda ha sido emitida en ralentí una y otra vez en las televisiones de Estados Unidos, en un intento de desvelar quién inició el gesto. Aunque parece que fue la reina la que extendió primero su brazo, algunos medios, como Los Angeles Times, considera que fue la primera dama de EEUU la que se saltó el primer mandamiento del protocolo británico: no tocar a la reina.

Hay quien compara lo ocurrido el miércoles, incluso, con el atrevido guiño de ojo que le brindó el presidente George W. Bush a la reina de Inglaterra cuando visitó EEUU hace unos años, aunque en aquella ocasión el gesto no fue correspondido.

El abrazo de Michelle Obama hizo correr ríos de tinta en la prensa británica, molesta por la ruptura del protocolo. "Parece que se deja de lado el protocolo cuando los Obama están aquí", se lamentaba el diario conservador The Times, refiriéndose al convite real en la residencia londinense de Isabel II en honor a los dirigentes que participaban en la cumbre del G-20.

Aunque la reina pueda tocar a sus invitados, este trato está prohibido en sentido contrario y pocos se atrevieron a saltarse las normas en el pasado.

Los diarios británicos habían fustigado al ex primer ministro australiano Paul Keating en 1992 por haberse atrevido a envolver con su brazo a Isabel II, llegando a colgarle el apodo de "el lagarto".

Por su parte, el ex presidente francés Jacques Chirac, más respetuoso con el protocolo, se las vio y se las deseó en 2004 para guiar a la monarca sin tocarla, y a pesar de ello fue duramente criticado en la prensa por haber casi rozado a la reina.

Un abrazo "es una ruptura de lo que se considera el protocolo apropiado cuando uno se reúne con la reina", recuerda el también periódico conservador The Daily Telegraph.

"El presidente estadounidense y su esposa parecían muy distendidos en compañía de la reina y del duque de Edimburgo", el príncipe consorte, subraya The Times, recalcando: "Antes de marcharse, la señora Obama dijo a la reina: me ha gustado mucho nuestro encuentro".

De todos modos los diarios no pasan por alto el ambiente amistoso de esta reunión entre los Obama y la reina y todos ellos mencionan los regalos que se hicieron los unos a los otros: Barack Obama obsequió un iPod personalizado a la reina, que a su vez regaló al presidente norteamericano una fotografía oficial de la pareja real.

La cadena oficial británica BBC añade que la reina le pidió a Michelle Obama que "le diera noticias suyas de vez en cuando".

Los medios menos conservadores en el Reino Unido se apresuraron a afirmar que nunca se había visto en público a la Reina tan afectuosa en los últimos 57 años, otros citan declaraciones de un portavoz del Palacio de Buckinham quitando hierro al asunto: "Es obvio que hubo una muestra de afecto mutuo. Pero no hay ofensa, La recepción era una reunión informal. No se rompió el protocolo".

Otros medios informativos optaron por acudir al humor para comentar lo sucedido. El jefe de internacional de la cadena NBC, Chris Hampson, se pregunta "¿Que será lo siguiente? A lo mejor a Michelle Obama le da por invitar a la reina a una merienda en la playa. ¿Otra alita de pollo picante, su majestad?".

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