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Merkel promete investigar el ataque en Kunduz

  • La canciller alemana y la OTAN asumen que murieron civiles en el bombardeo contra los talibanes en el norte de Afganistán

La canciller alemana, Angela Merkel, lamentó ayer las posibles víctimas civiles del bombardeo con decenas de muertos en Afganistán ordenado por tropas alemanas y aseguró que los hechos serán investigados en profundidad para conocer hasta el último detalle de lo sucedido.

"Toda muerte inocente es una muerte de más, todo herido inocente es un herido de más", aseguró Merkel en una declaración del Gobierno ante el Bundestag en la que manifestó su "más profundo pesar ante al pueblo afgano en el caso de que haya podido haber víctimas civiles".

Tras garantizar un "esclarecimiento total" de lo sucedido, la canciller alemana subrayó que no piensa tolerar "ni en el interior ni en el exterior" juicios previos sobre la actuación alemana antes de que se conozcan los resultados de la investigación oficial.

La canciller reaccionó así a las críticas vertidas durante el fin de semana contra la actuación alemana por varios ministros de Exteriores de países aliados.

En parecidos términos se expresó su ministro de Exteriores, Frank Walter Steinmeier, quien subrayó su "incomprensión" por dichas críticas, comentó haber hablado sobre el tema con sus colegas y recordó que las fuerzas alemanas "no son un Ejército de ocupación" sino que ayudan fundamentalmente a reconstruir Afganistán.

De "muy elevada probabilidad de víctimas civiles" habla un informe provisional de la OTAN difundido ayer, que cifra entre 70 y 78 el número de personas muertas en el bombardeo que realizaron cazas estadounidenses, operación en la que el Ejército alemán había calculado 56 víctimas, todas ellas insurgentes.

Tras verse sometido a un aluvión de críticas por su política informativa desde el bombardeo con decenas de muertos de dos camiones cisterna a las afueras de Kunduz, al norte de Afganistán, el titular de Defensa, Franz-Josef Jung, reconoció ayer la posibilidad de que hubiese víctimas civiles en la operación.

Sin embargo, defendió al comandante en jefe de las tropas germanas en Kunduz que solicitó el apoyo aéreo de la ISAF, quien actuó así convencido de que los secuestradores de los camiones eran talibanes u otros insurgentes con intención de usar los vehículos con fines terroristas y de que no había civiles junto a ellos.

Jung aseguró que existió "una amenaza muy concreta" para las tropas alemanas que ordenaron el bombardeo y aseguró que "si los talibanes se hacen con dos camiones cisterna se da un peligro concreto para nuestras bases y nuestros soldados".

En defensa de la misión alemana en Afganistán se pronunciaron también los portavoces de la oposición liberal y verde, mientras que únicamente La Izquierda reiteró su exigencia de una retirada inmediata de las tropas alemanas, demanda que fue calificada de "irresponsable" por Steinmeier y otros oradores.

Todos ellos criticaron, sin embargo, la política informativa de Jung y su ministerio, cuya oficina de prensa reiteró ayer que la polémica operación de bombardeo "fue militarmente necesaria y correcta".

La canciller alemana aprovechó su intervención para reiterar la iniciativa de Alemania, Francia y Reino Unido de adelantar a este año la prevista conferencia de las Naciones Unidas sobre el futuro de Afganistán tras la toma de posesión del nuevo presidente afgano.

Merkel subrayó que dicha conferencia debe establecer un plan concreto de actuación en Afganistán para los próximos cinco años, en los que deben producirse "progresos sustanciales y cualitativos" en el país.

"Tenemos que conseguir que en los próximos cinco años demos realmente un gran paso adelante", dijo Merkel, quien comentó que el objetivo es que los afganos puedan finalmente valerse por sí mismos y que la fuerza internacional pueda ir reduciéndose gradualmente.

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