Venezuela comienza a caminar sin Hugo Chávez y lo hace de la mano del hasta ahora vicepresidente, Nicolás Maduro. Así lo ha confirmado el ministro de Exteriores del país, Elías Jaua. "Maduro ha asumido temporalmente la Presidencia tras el fallecimiento de Chavez, y convocará a elecciones en los próximos 30 días", ha informado.  "Es el mandato que nos dio el comandante presidente el pasado 8 de diciembre", declaró el canciller..

Ese día, Chávez, quien viajó dos días después a Cuba para someterse a la cuarta operación por el cáncer que le detectaron a mediados de 2011, pidió que, en caso de que algo le sucediera, se apoyara a Maduro como su sucesor. Jaua aseguró que Chávez le pidió "a los bolivarianos, a los revolucionarios, a los venezolanos" que acompañaran "al compañero, al camarada Nicolás Maduro en esta tarea". "Y es lo que vamos a hacer", agregó.

El artículo 233 de la Constitución venezolana plantea un escenario de "falta absoluta" del presidente, en caso de muerte, renuncia, destitución, o incapacidad física o mental, el abandono del cargo o la revocación popular de su mandato. "Cuando se produzca la falta absoluta" del presidente "antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes", señala la Carta Magna e indica que, mientras, se encargará de la Presidencia el titular de la Asamblea Nacional (unicameral), en este caso Diosdao Cabello. Directriz que no se va a cumplir.

Por otro lado, Jaua ha anunciado siete días de duelo nacional y actos públicos de despedida para el fallecido presidente, que culminarán el viernes con su funeral. El cuerpo del presidente será homenajeado en la Academia Militar de Caracas, donde se instalará su capilla ardiente tras un recorrido por la ciudad en el que estará "acompañado por todo el pueblo", dijo el canciller.  Asimismo, durante todo el día, se dispararán en todo el país un total de 21 salvas de cañón como señal de respeto y duelo por el dirigente. Muchos presidentes latinoamericanos ya han anunciado que viajarán a la capital para despedir a Chávez.

La oposición pide que se respete la Constitución

Por su parte, el líder de la oposición venezolana y gobernador del céntrico estado Miranda, Henrique Capriles, ofreció sus condolencias a la familia de Chávez, así como a sus compañeros y seguidores, al tiempo que pidió paz y respeto a la Constitución nacional. "Fuimos adversarios, nunca enemigos (...) comprendemos los sentimientos de dolor de la familia del presidente fallecido, de sus compañeros y de muchos venezolanos de todas las regiones, a ellos nuestra sentida condolencia", dijo Capriles al leer el mensaje rodeado por otros líderes opositores.

El gobernador del céntrico estado de Miranda señaló que los integrantes de la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) confían en que Venezuela será capaz de superar "cualquier dificultad que se le presente" siempre que los ciudadanos sigan "guiados por la verdad y la Constitución".

Reiteró que al Gobierno le corresponde ahora "garantizar la convivencia en libertad y en paz" y apuntó que como venezolano espera "que actúe con estricto apego a su deber constitucional" y que las fuerzas armadas permanezcan "como le corresponde, a la orden de todos". Señaló que el mensaje que ofrece lo hace "desde la responsabilidad" y de "respeto" a todos los venezolanos, "sin distinciones, sin divisiones, sin discriminaciones a civiles y militares de todas las clases sociales" y agregó que el pueblo venezolano "sabrá encontrar la ruta de la esperanza a la que tiene derecho".

Tensa calma en las calles

Horas después de que el Gobierno venezolano anunciara la muerte del presidente Chávez, las calles de Caracas se mantenían calmadas, aunque se puede palpar la ansiedad de muchos venezolanos por la muerte de su líder.  En la capital venezolana, Caracas, la población se apresuró a comprar víveres en supermercados y mercados y regresar a sus hogares,  lo que causó un empeoramiento en el ya de por sí caótico tránsito de  la ciudad.

También la telefonía móvil y los servicios de internet se colapsaron debido a la ola de mensajes y llamadas nerviosas que la gente realizó  a sus familiares y amigos. En las calles caraqueñas abundaban los rostros ansiosos y las personas intentando -en la mayoría de los casos infructuosamente-  llamar a sus seres más cercanos. Ante los problemas para usar sus dispositivos móviles, muchos sintonizaron la televisión desde las vidrieras de las tiendas de  artículos electrónicos o siguieron las noticias por las radios de sus vehículos. 

Los comerciantes respondieron apagando la música en sus locales, pero el vacío sonoro fue llenado con toques de cornetas de los carros que sonaban en solidaridad con el fallecido líder.  Sin embargo, más allá de esto, Venezuela mantuvo el sosiego tras la muerte de su presidente. Tanto los seguidores del Gobierno como de la  oposición hicieron un llamado a mantener la calma. 

Apenas se hizo pública la muerte de Chávez, efectivos militares y policiales se desplegaron rápidamente en Caracas por orden de Maduro para patrullar las calles y evitar posibles incidentes. El chavismo, por su parte, se congregó espontáneamente en la Plaza Simón Bolívar de Caracas, un sitio habitual de reuniones y tertulias para los seguidores del líder socialista, quien durante su vida  expresó su más profunda admiración hacia el héroe de la independencia latinoamericana. 

El único conato de violencia se produjo en el municipio de Chacao, en el este de Caracas, donde un grupo de oficialistas quemó las carpas donde varios estudiantes realizaban una huelga de  hambre para exigir transparencia sobre la salud de Chávez.  Sin embargo, el choque no dejó heridos ya que los estudiantes se  retiraron antes de que la situación se agravara y a los pocos minutos el lugar de los hechos estaba custodiado por efectivos policiales.