El Líbano se vio sacudido ayer por un nuevo atentado en la ciudad de Trípoli en el que murieron al menos 18 personas y otras 45 resultaron heridas, un día después de que el Parlamento otorgase su confianza al nuevo Gobierno.

Entre las víctimas mortales hay nueve militares, así como 30 heridos informó el Ejército libanés .

El suceso se produjo cuando una bomba, que contenía al menos 1.500 gramos de explosivos y que al parecer fue accionada a distancia, explosionó a pocos metros de una parada de autobuses a la que habitualmente acuden militares y cuyo recorrido abarca las ciudades de Trípoli y Biblos, según dijeron las fuentes policiales.

La explosión destrozó el vehículo y varios cadáveres quedaron esparcidos a su alrededor, muchos de los cuales presentaban sus extremidades mutiladas .

Las fuerzas de seguridad acordonaron el lugar donde se produjo el estallido en el centro de Trípoli, mientras miembros de la Cruz Roja evacuaron a los heridos, que fueron trasladados a diferentes hospitales de la ciudad. En un comunicado, el Ejército afirmó que el atentado estaba dirigido de modo directo contra las Fuerzas Armadas y la paz civil.

Los líderes libaneses condenaron unánimemente el ataque, que consideraron como un acto de intimidación contra las Fuerzas Armadas y el pueblo libanés.

El presidente Michel Suleiman, antes de partir hacia Siria para cumplir su primera visita oficial a ese país desde que llegó al poder en mayo pasado, condenó el "acto terrorista" y dijo que el Ejército y la Policía "no se inclinarán ante las tentativas de intimidación".

El mandatario renovó su llamamiento a la reconciliación y a la unidad frente a la violencia e instó a las fuerzas de seguridad a acelerar las investigaciones para identificar a los autores. Por su parte, el jefe del Gobierno, Fuad Siniora, instó a los libaneses a combatir a los enemigos del país.