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Karzai logra la reelección pero se enfrenta a serias dudas sobre su legitimidad

  • La Comisión Electoral afgana decide anular la segunda vuelta tras la retirada de su contrincante y declara la victoria del presidente, calificada por EEUU de "histórica".

El río revuelto electoral afgano ha acabado en ganancia para Hamid Karzai. La Comisión Electoral Independiente (CEI) decidió anular la segunda vuelta de las presidenciales, previstas para el próximo sábado, y declarar la victoria del mandatario después de que su único rival, el ex ministro de Asuntos Exteriores Abdulá Abdulá, prefiriera retirar su candidatura antes que arriesgarse a un nuevo fraude electoral. Con esta decisión, Karzai seguirá gobernando, pero será un presidente débil y con una fuerte crisis de legitimidad que, a medio plazo, podría favorecer a Abdulá Abdulá. Entretanto, Estados Unidos ha felicitado a Karzai "por su victoria en estas históricas elecciones". 

"Declaramos presidente electo de Afganistán a Hamid Karzai, quien logró la victoria en la primera vuelta y era el único candidato en la segunda vuelta de las elecciones de Afganistán de 2009", afirmó el secretario de la CEI, Daud Ali Nayafi, en rueda de prensa. La Comision había decidido anular la segunda vuelta, según explicó, para evitar gastos y nuevos retrocesos que pudieran perjudicar a Afganistán política y económicamente.

El secretario de la CEI también alegó "riesgos para la seguridad" para justificar la decisión. Lo cierto es que las milicias talibán habían prometido que se harían notar en la segunda vuelta electoral como lo habían hecho en la primera y el atentado suicida de la semana pasada en la residencia de empleados de la ONU de Kabul, en el que murieron cinco trabajadores extranjeros de Naciones Unidas, fue un aviso de que la amenaza iba muy en serio.

La CEI tenía que decidir entre anular la segunda vuelta y dar la victoria a Karzai o seguir adelante con unos comicios con un único candidato. Abdulá Abdulá anunció ayer que se retiraba de las elecciones porque, aseguró, el Gobierno no había tomado las medidas necesarias para evitar que se produjera un fraude similar al de la primera vuelta del pasado 20 de agosto. "No participaré en las elecciones. No he tomado esta decisión a la ligera", declaró Abdulá este domingo ante sus simpatizantes en la capital.

Concretamente, Abdulá denunció que las autoridades afganas habían desoído sus dos principales condiciones para acudir a las urnas: eliminar medio millar de colegios electorales sospechosos de irregularidades, y cesar a Azizulá Ludin, comisario jefe de la Comisión Electoral Independiente afgana, el máximo organismo encargado de validar la legalidad de los comicios y cuya credibilidad, junto con la de la Misión de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA), observadora electoral, se vio seriamente dañada durante la primera vuelta, dominada por el fraude masivo.

Legitimidad de Karzai

Paradójicamente, una de las principales víctimas a medio plazo del resultado del proceso electoral podría ser el propio Hamid Karzai y uno de sus beneficiarios podría ser su rival, el derrotado Abdulá Abdulá. 

La segunda vuelta de las elecciones tenía entre sus principales objetivos cimentar la respetabilidad de Karzai como dirigente. La primera vuelta, según acabó por reconocer a regañadientes el propio presidente afgano, estuvo dominada por un fraude masivo que desembocó en la anulación de una cuarta parte de las papeletas depositadas, lo que impidió que Karzai llegara al 50 por ciento necesario de votos para conseguir la victoria directa. Abdulá sólo consiguió un 27 por ciento de los votos, según las estimaciones. La victoria de Karzai en la segunda vuelta nunca había sido puesta en duda, y la nueva votación representaba una oportunidad para demostrar a la comunidad internacional que el país era capaz de desarrollar unas elecciones limpias.

Bajo las nuevas circunstancias, Karzai seguirá al frente de su país pero su imagen quedará aún más empañada por los nubarrones del fraude y del fracaso del proceso electoral. Instalado en el poder a finales de 2001, tras la caída del régimen de los talibán por la acción de las armas de la alianza liderada por Estados Unidos, es previsible que el presidente se vea a partir de ahora aún más presionado que en el pasado para que inicie reformas en una administración cuya reputación de corrupta e incompetente es cada vez más preocupante entre las cancillerías occidentales.

Por si fuera poco, la particular derrota electoral que acaba de sufrir Abdulá Abdulá puede ser muy beneficiosa para el propio ex ministro. Los analistas creen que los acontecimientos de los dos últimos días han reforzado su posición de cara al futuro y no se descarta que Karzai se vea presionado para aliarse y alcanzar algún tipo de acuerdo de gobierno con su rival electoral. 

De hecho, fuentes diplomáticas occidentales creen que, pese al fracaso de las recientes negociaciones para un acuerdo de gobierno, Karzai se va a ver finalmente obligado a otorgar algunos cargos relevantes en el futuro ejecutivo a los seguidores de Abdulá a fin de obtener cierta imagen de representatividad. "Karzai ha perdido legitimidad, es un presidente muy débil y no podrá gobernar sin algún tipo de acercamiento a Abdulá", declaró un analista político, Haroun Mir. "La pelota está en el tejado de Abdulá en estos momentos", añadió. 

Entretanto, Karzai ya ha asegurado al primer ministro británico, Gordon Brown, que está preparando un "manifiesto de unidad nacional" que atraiga a las diversas facciones étnicas y políticas. Los principales apoyos de Karzai proceden del grupo étnico hegemónico de Afganistán, los pashtunes, dominantes en el sur y el este. Abdulá cuenta con más apoyos entre los tayikos, del norte.

EEUU celebra la "histórica victoria de Karzai"

En todo caso, Karzai seguirá contando con un apoyo fundamental para su permanencia en el poder. La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, aseguró ayer que la legitimidad de Karzai se mantendría intacta, porque retiradas como las de Abdulá "se producen también en Estados Unidos". 

Asimismo, la Casa Blanca también declaró el domingo que la marcha del candidato opositor no cambiaría "sustancialmente" la situación y, por si fuera poco el apoyo, el Gobierno de Estados Unidos dio un paso más, celebrando la decisión de la CEI y felicitando al "presidente Karzai por su victoria en estas históricas elecciones". 

En la misma línea, el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores acogió "con satisfacción el fin del proceso electoral en Afganistán y la elección de Hamid Karzai como presidente del país, hecho que allana el camino para la formación de un nuevo Gobierno nacional que se encargará de restaurar la economía nacional". Asimismo, aseguró que Rusia seguirá prestando su "tradicional ayuda al pueblo afgano" y cooperará con el nuevo Gobierno en las áreas política, económica y humanitaria, así como en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico.    

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