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Japón redobla su defensa ante el lanzamiento del cohete norcoreano

  • El Gobierno da la orden de destruir el misil si amenaza con caer en territorio nipón

Japón reforzó ayer sus sistemas de defensa ante el cohete de largo alcance que Corea del Norte prevé lanzar entre el 10 y el 22 de este mes, al tiempo que dio la orden de derribar el proyectil en caso de que amenace el territorio nipón.

El Consejo de Seguridad de Japón, principal panel de seguridad del país, se reunió a primera hora de ayer encabezado por el primer ministro, Yoshihiko Noda, para coordinar la estrategia con vistas al lanzamiento anunciado el sábado por su impredecible vecino.

Al término del encuentro, el ministro nipón de Defensa, Satoshi Morimoto, dio autorización para que las Fuerzas de Auto Defensa (Ejército) destruyan el cohete si alguna de sus partes amenaza con caer en territorio japonés.

De mantener la trayectoria prevista, el proyectil, una versión supuestamente mejorada de un cohete Unha-3 que Corea del Norte lanzó sin éxito en abril, sobrevolaría entre otros territorios el archipiélago nipón de Okinawa. Allí las Fuerzas niponas de Auto Defensa desplegaron baterías de misiles tierra-aire Patriot Advanced Capability-3 (PAC-3), al tiempo que en el Mar de China Oriental y el Mar de Japón se situaron tres buques de guerra equipados con sistemas antimisiles Aegis.

También se colocaron unidades PAC-3 en varios puntos de la zona metropolitana de Tokio, entre ellos las vecinas provincias de Saitama y Chiba y las instalaciones deportivas del Ministerio de Defensa, en pleno centro de la capital y rodeado de casas y oficinas.

Hasta allí se desplazó ayer el primer ministro, en plena campaña para las elecciones generales del día 16, a fin de supervisar el despliegue y animar a los soldados. "Tenemos que estar preparados para cualquier contingencia a fin de proteger la vida y la seguridad del pueblo japonés", afirmó Noda ante los soldados y varias decenas de periodistas congregados en el lugar.

Los preparativos efectuados en Tokio y Okinawa son similares a los de abril, cuando el régimen norcoreano, con el joven Kim Jong-un a la cabeza, hizo un lanzamiento que terminó en sonado fracaso al caer el cohete en pedazos al Mar Amarillo poco después de despegar.

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