La lucha contra la barbarie yihadista | el país se llenó de banderas tricolor

Hollande promete destruir al EI

  • El presidente francés encabeza el homenaje a los 130 fallecidos y 350 heridos en los atentados del 13-N Detenido el hombre que prestó su piso al comando

Francia rindió ayer un homenaje sobrio y emocionado a las 130 víctimas y más de 350 heridos en los atentados del pasado día 13, representantes de una generación que, según el presidente galo, François Hollande, simboliza la esencia del país.

"Los fallecidos encarnaban nuestros valores y nuestro deber es, más que nunca, conservarlos. No cederemos al miedo ni al odio", subrayó Hollande en el patio del palacio de los Inválidos, donde se congregaron cerca de 2.000 personas.

Hollande resaltó que los franceses seguirán "viviendo sus vidas, saliendo a las terrazas, acudiendo a conciertos y a los estadios de fútbol", y prometió que el país "pondrá todo en marcha para destruir al ejército de fanáticos" que realizó los ataques.

Dos voces anónimas recitaron los nombres y edades de las 130 víctimas mortales, cuyos rostros habían desfilado antes por una gran pantalla.

Fue uno de los momentos más emotivos entre las familias y heridos, algunos con muletas y en sillas de ruedas, que se concentraban en la tribuna.

Junto a ellos, el equipo de Gobierno al completo, miembros de la las Fuerzas del Orden y de los servicios de emergencia que trabajaron en la noche de los hechos y algún representante de la sociedad civil.

Tras un minuto de silencio, roto por los acordes del violonchelo de Edgar Moreau interpretando a Bach, Hollande se refirió en un discurso solemne a la juventud golpeada por los ataques, ya que el 60% de las víctimas tenían menos de 35 años, la edad media de todas ellas.

Las víctimas son parte de una generación que ha sufrido una "iniciación terrible a la dureza del mundo", pero que "vivirá plenamente en nombre de los muertos", y a la que el jefe de Estado cedió con sus palabras el testigo.

Una generación en la que se reconoce Karinne, de 42 años, herida de bala en la espalda mientras cenaba en el restaurante Le Carillon junto a su pareja, que la acompañó a la ceremonia. "La formamos (la generación) no sólo los que estábamos allí, sino también los que no estaban", explicó. A pesar de su rabia por los ataques yihadistas, durante el evento dijo haber sentido "mucha paz".

También resultó herida, pero durante la evacuación del Estadio de Francia, el primer escenario de la oleada de atentados, Katherine Orsenne, que aseguró que "reunirse todos es una parte importante del duelo".

Los colores azul, blanco y rojo de la bandera nacional marcaron un acto que abrió y cerró el himno de la Marsellesa, en sintonía con los valores patriotas evocados por el presidente.

La enseña francesa ondeó también en algunas ventanas y, sobre todo, en edificios oficiales, como Hollande había pedido a los ciudadanos que no tuvieron acceso al recinto oficial y algunos de los cuales optaron por unirse al homenaje desde el exterior. En algunos de los lugares donde se realizaron los atentados se produjeron concentraciones paralelas, como en la sala de fiestas Bataclan, donde numerosos parisinos acudieron a depositar flores y velas.

"Llevaremos este combate hasta el final y lo ganaremos siendo fieles a la idea de Francia" frente a los autores de "un acto de guerra organizado lejos y ejecutado con frialdad (...) en nombre de una causa enloquecida y de un dios traicionado", concluyó Hollande.

La Justicia francesa ordenó ayer la detención provisional para Jawad Bendaoud, el hombre que prestó su piso a los yihadistas que se atrincheraron el pasado día 18 en Saint Denis, en la periferia norte de París, informaron fuentes judiciales. Bendaoud fue imputado el pasado martes por asociación criminal de malhechores con fines terroristas y posesión de explosivos y armas en banda organizada con esos mismos objetivos.

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