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Los Hermanos Musulmanes crean en Egipto su propio partido

  • La formación aspira a lograr la mitad de los escaños en las legislativas de septiembre

Los Hermanos Musulmanes, el potente movimiento islamista de oposición en Egipto, anunció ayer la creación de su propia formación, con la que aspira a conquistar la mitad de los escaños en las legislativas de septiembre, las primeras desde la caída de Hosni Mubarak.

El nuevo partido, bautizado como Partido de la Libertad y de la Justicia, indicó que no tendrá una orientación "teocrática" y será "independiente" de la cofradía, cuyas posiciones despiertan a menudo desconfianza en la población.

El Consejo Consultivo del movimiento decidió lanzar este partido y adoptó al mismo tiempo su programa político, explicó en una conferencia de prensa Mohamed Husein, secretario general de la cofradía creada hace más de 80 años.

El partido, dirigido por un miembro del buró político de los Hermanos Musulmanes, Mohamed al Mursi, coordinará sus posiciones con la cofradía, aunque será un órgano independiente. "Será un partido civil y no teocrático", repitió Al Mursi. La Constitución egipcia prohíbe los partidos religiosos, clasistas o regionalistas.

Según Al Mursi, el Partido de la Libertad y la Justicia disputará entre 45 y 50% de los escaños en las legislativas de septiembre, primeras desde que Mubarak dejó el poder bajo la presión popular el 11 de febrero.

El Ejército, que se hace cargo del país desde la partida de Mubarak, anunció a finales de marzo que entregaría el poder legislativo al futuro Parlamento electo en septiembre, y el Ejecutivo al jefe de Estado elegido en las urnas a finales de año.

Las ambiciones del nuevo partido perturbarán sin lugar a dudas a las otras formaciones políticas que participaron en la revuelta contra el régimen y que podrían verse marginas si no presentan un frente unido en las elecciones.

"Este anuncio es deprimente para las fuerzas políticas del país", declaró Dia Rashawan, experto de los movimientos islamistas del centro Al Ahram de estudios políticos y estratégicos. "La revolución no era islamista. Ahora debemos asumir la idea de que los Hermanos Musulmanes son la fuerza más importante del país", explicó.

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