Este año el Perú celebra el bicentenario de su independencia y esto coincidirá con la elección de un nuevo gobierno. En las recientes elecciones generales se presentaron 20 partidos y/o agrupaciones políticas para elegir representantes ante el Poder Legislativo y 18 candidatos a la Presidencia de la República (Poder Ejecutivo). De un total de 25,172,957 electores, participaron 17,635,814 de ciudadanos (70.059%) y dejaron de participar 7,537,143 (29.941%), siendo la tasa de ausentismo más alta de las elecciones peruanas.

La mayoría de las agrupaciones políticas estuvieron lideradas por personas que buscaron alcanzar el sillón presidencial al frente de movimientos o partidos políticos sin bases cohesionadas a nivel nacional y, peor aún, sin idearios o doctrinas definidas sobre su posición en el escenario político (centro, derecha o izquierda).

Según la normativa electoral peruana, presentar un plan de gobierno es un requisito para participar en las elecciones. En el análisis de los planes de gobierno se evidencia que la mayoría carece de suficientes datos e indicadores que muestren cuáles son los principales problemas estructurales del Estado peruano, y tampoco proveen alternativas de solución a los problemas más graves que afronta el país. De allí que el discurso electoral, y las emociones (o temores), nuevamente se convirtieron en un factor determinante al momento de emitir los votos.

En ese contexto, las elecciones de los peruanos al Legislativo han permitido que 10 agrupaciones alcancen el mínimo necesario de votos para conformar bancadas o agrupaciones parlamentarias; por lo que, al igual que en las elecciones del 2016, se tendrá un Congreso muy fragmentado. En cuanto a los candidatos a la Presidencia han sido 2 opciones muy opuestas entre sí (izquierda y centroderecha) las que han alcanzado la mayor cantidad de votos, y deberán definir cuál de las dos gobernará el país tras la segunda vuelta electoral. Al 99.631% de las Actas Contabilizadas, los 2 partidos políticos entre los que se elegirá quién dirigirá los destinos de la nación andina son:

• PERÚ LIBRE, con su candidato José Pedro Castillo Terrones, que obtuvo 2,722,468 (18.95%) de los votos válidamente emitidos.
• FUERZA POPULAR, con su candidata Keiko Sofia Fujimori Higuchi, que obtuvo 1,925,540 (13.40%) de los votos válidamente emitidos.

Perú Libre, con un pensamiento de izquierda, se convierte en un partido de alcance nacional en el año 2012, aunque surge del denominado Movimiento Político Regional Perú Libre fundado en el año 2007 y presidido hasta hoy por Vladimir Cerrón Rojas, quien alcanzó 2 veces la presidencia regional de Junín y fue suspendido en su segundo ejercicio presidencial por una sentencia condenatoria por el delito de negociación incompatible, por haber favorecido a un consorcio con el pago de gastos adicionales en la ejecución de un proyecto de saneamiento.

Más allá del partido que lo acoge y sus líderes, el candidato Pedro Castillo Terrones, es un sindicalista del magisterio que alcanzó notoriedad tras liderar una de las huelgas del sector educación más largas de los últimos tiempos. Es oriundo de la región Cajamarca, una de las labrantías más grandes y hermosas de Perú, y al mismo tiempo un espacio de explotación minera de oro, que le ha generado a la región uno de los presupuestos regionales más elevados. A pesar de ello, es al mismo tiempo una de las regiones con mayor índice de descontento social frente al Estado.

Fuerza Popular, con un pensamiento de derecha, surge en el año 2010 como un partido de alcance nacional que fusionó dos partidos: Cambio 90 y Nueva Mayoría. El primero de ellos fue encabezado por Alberto Fujimori, padre de la candidata Keiko Fujimori Higuchi y elegido Presidente de la República en 3 elecciones consecutivas. Una de sus primeras misiones partidarias, fue lograr una presencia nacional a través de los Comités distritales, provinciales y regionales, alcanzando sus mejores resultados en las elecciones de gobiernos regionales y locales en el año 2014, y en las congresales del año 2016.

La candidata Fujimori Higuchi fundó su partido en el año 2010 y lo ha presidido desde entonces. Ha sido candidata a la presidencia en el año 2011 y 2016, y nuevamente se presenta en el 2021. Ha sido Congresista y capacitada en asuntos políticos y públicos, mostrando su experiencia en el cuidado que emplea en sus expresiones y puestas en escena políticas recientes.

Pues bien, en el nivel de la estructura organizacional, a diferencia del resto de movimientos o partidos políticos que tentaron el sillón presidencial, tanto Perú Libre como Fuerza Popular, son dos partidos políticos que se soportan en una verdadera movilización y organización partidarias. Perú Libre tiene sus bases en el sindicalismo del sector educativo; y Fuerza Popular en sus líderes locales al frente de sus Comités distritales, provinciales y regionales. Ahora bien, desde el inicio de la Campaña Pedro Castillo contó con la ventaja pues empezó antes su recorrido nacional presencial, y fue el primer candidato contagiado con el SARS-COV-2 desarrollando el COVID-19; mientras que Keiko Fujimori se veía impedida (por decisión judicial) de poder salir fuera de Lima para hacer su campaña.

En el nivel de comunicaciones, ambos candidatos manejan un discurso muy distinto en forma y opuesto en contenido. Debemos recordar que en el Perú hay una gran dispersión de la población, pues existen 94.922 centros poblados, de los cuales 81.119 tienen menos de 150 habitantes (Censo Nacional 2017). Es decir, más de 12 de los 33 millones de peruanos habitan esos pequeños poblados; y son 5 los departamentos que agrupan el mayor número de centros poblados Puno (9,9 %), Cusco (9,4 %), Áncash (7,8 %), Ayacucho (7,8 %) y Huancavelica (7,1 %).

La lengua y habla de Pedro Castillo es oriunda de las regiones andinas, y más allá de lo que dice su plan de gobierno, su interlocución con los pobladores es horizontal en el plano de comunicaciones y su discurso refleja una realidad: el olvido o ausencia del Estado, o la distancia entre las políticas públicas y las ejecuciones de obras a favor de los ciudadanos de las zonas más alejadas. Por otro lado, en el caso de Keiko Fujimori, sus spots estuvieron muy bien cuidados en cuanto a imágenes (rodeada de mujeres, manteniendo el distanciamiento social, por ejemplo), y su discurso popular siempre fue mejor recibido por los niveles socioeconómicos A, B y hasta C.

Por lo antes señalado, no es extraño que en las 8 Regiones con la mayor dispersión poblacional y Centros Poblados (57,477, 60,6%), Castillo haya alcanzado 2.6 millones de votos, mientras que Fujimori a duras penas rondó los 500 mil votos.

Así, el Perú llega a la segunda vuelta electoral con un enfrentamiento de dos posiciones políticas antagónicas: de un lado, el Partido Perú Libre, como representante de la izquierda, con presencia de dirigentes comunistas, que mantiene un discurso reivindicacionista dirigido al poblador olvidado por el Estado; y de otro lado, el Partido Fuerza Popular, en una carrera cuesta arriba, mantiene una exposición de sus propuestas orientado a los niveles socioeconómicos A, B y C; mientras que el discurso de sus militantes se centra en descalificar la posición política de su opositor, apelando a las emociones.

200 años atrás, el Perú debía ser liberado del imperio español para consolidar la libertad en América del Sur, y el proceso independentista requirió la unión de fuerzas desde el Sur primero con José de San Martín desde el Río de la Plata, y desde el Norte con Simón Bolívar desde la Gran Colombia. Siendo República, se caracterizó, la mayor parte del tiempo, por ser un país conservador y eje geopolítico del Pacífico Sur en la Región, junto a Chile y Colombia. Hoy, el interés regional en este bastión geopolítico se repite; sólo que esta vez la Bolivia de Evo Morales, el Uruguay de Pepe Mujica y el Ecuador de Rafael Correa alientan una postura política de izquierda para el futuro del Perú.