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El Congreso de Perú destituye al presidente Castillo y Dina Boluarte le reemplaza

El Congreso de Perú proclama a Dina Boluarte como la primera presidenta de la República.

El Congreso de Perú proclama a Dina Boluarte como la primera presidenta de la República. / Efe

El presidente de Perú, Pedro Castillo, fue detenido este miércoles tres horas después de que disolviera el Congreso y declarara un Gobierno de excepción. Castillo, que fue elegido presidente en julio de 2021, fue destituido por el Congreso por “permanente incapacidad moral”, que invistió a la vicepresidenta Dina Boluarte como la primera presidenta de la historia de Perú.

Castillo puso fin ayer a su turbulento mandato al dictar una extemporánea disolución del Congreso, calificada mayoritariamente como un golpe de Estado, horas antes de que se votara una moción de destitución en el Parlamento que tenía visos de no prosperar.

Por sorpresa, el ya ex mandatario comenzó la jornada con un mensaje en vídeo transmitido a la nación con las manos temblorosas y al que, durante horas, no se tuvo acceso a través de las redes sociales de la Presidencia. “Se dictan las siguientes medidas: disolver temporalmente el Congreso de la República e instaurar un Gobierno de emergencia excepcional”, dijo el todavía mandatario. En el mismo, pidió “convocar en el más breve plazo a elecciones para un nuevo Congreso con facultades constituyentes para elaborar una nueva Constitución en un plazo no mayor de 9 meses”. También ordenó un toque de queda a nivel nacional a partir de las 22:00, hora local. “Se declara en reorganización del sistema de judicial, el Poder Judicial, el Ministerio Público, la Junta Nacional de Justicia (JNJ) y el Tribunal Constitucional (TC)”, agregó.

El presidente del Parlamento peruano comunica a Castillo, sentado en el sofá, su destitución. El presidente del Parlamento peruano comunica a Castillo, sentado en el sofá, su destitución.

El presidente del Parlamento peruano comunica a Castillo, sentado en el sofá, su destitución. / Efe

Minutos después de su mensaje, su propio Gobierno le dio la espalda. El primero fue el entonces canciller, César Landa, quien presentó su renuncia y pidió ayuda a la comunidad internacional para frenar las intenciones de Castillo.

Tras la cadena de renuncias de ministros, la vicepresidenta y nueva jefa del Estado, Dina Boluarte, denunció en sus redes sociales que el movimiento de Castillo era un golpe de Estado. Lejos de amedrentarse, el Congreso cerró las puertas del Palacio Legislativo y, ante la impasividad de policías y militares, que nunca abandonaron sus cuarteles o comisarías, adelantó el voto de la moción de censura.

Los congresistas coincidieron al calificar como un golpe de Estado la decisión de Castillo y modificaron la idea inicial de la moción de censura por “permanente incapacidad moral”, debido a las diferentes investigaciones abiertas contra Castillo por corrupción, al señalarlo directamente por golpe de Estado. 101 de los 130 congresistas votaron a favor de destituir a Castillo que, en paralelo, abandonó casi en secreto y por la puerta de atrás el Palacio de Gobierno.

Tras la contundente votación, Castillo fue detenido en un confuso hecho que circuló ampliamente por las redes sociales. Por ahora se desconocen las acusaciones que pesan sobre él, pero el artículo 117 de la Constitución, tras el que se ha amparado otras veces, dice que el presidente en ejercicio solo puede ser acusado por cuatro causas.

Mientras se desconocía el futuro de Castillo, Boluarte acudió al Congreso para jurar como la primera presidenta de Perú en 200 años de historia republicana. Boluarte, quien era vicepresidenta de Castillo, juró “por Dios, la patria y la Constitución” y dijo que asume “de acuerdo con la Constitución Política del Perú, desde este momento y hasta el 28 de julio de 2026”, cuando debe cumplir el actual período de Gobierno. Añadió que entre sus compromisos estará “defender” la soberanía nacional y que “cumplirá y hará cumplir” la Constitución y las leyes de su país.

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