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China evita que se recuerde el 25º aniversario de Tiananmen

  • El Gobierno de Pekín rechaza de nuevo las críticas internacionales por violaciones de los derechos humanos y se negó a realizar una revisión de lo ocurrido el 4 de junio de 1989.

En el 25º aniversario de la masacre ocurrida el 4 de junio de 1989, un fuerte despliegue policial blindó la plaza de Tiananmen en Pekín, con diversos controles a vehículos y transeúntes. En el camino hacia la plaza, en el corazón de la capital china, los automóviles tenían que atravesar varios controles policiales y a los transeúntes se les pedía la identificación y se revisaban sus bolsos. En las calles circundantes estaban listos para entrar en acción buses, vehículos policiales, ambulancias y otras fuerzas de intervención.

Las fuerzas de seguridad tienen como misión impedir incidentes o una conmemoración pública de las víctimas de la brutal masacre ocurrida cerca de la plaza de la Puerta de la Paz Celestial (plaza de Tiananmen). Durante el día se registró un movimiento habitual de turistas chinos en la plaza, aunque la fuerte presencia de policías en uniforme y de civil y de las fuerzas especiales de intervención dejaba claro que este miércoles no es un día normal en la metrópoli de 20 millones de habitantes. A los periodistas y equipos de televisión extranjeros se les pidió evitar la plaza en este "período comprometido".

En Hong Kong se reunieron, sin embargo, miles de personas en el Victoria Park para participar en una gran manifestación. La ex colonia británica es ahora una región administrativa especial de China pero goza de libertad de prensa, opinión y reunión. Cientos de personas murieron durante la violenta represión al Movimiento Democrático en 1989 en Pekín, aunque incluso 25 años después se desconoce la cifra exacta. Miles fueron detenidos en todo el país y decenas de manifestantes fueron ejecutados.

El Gobierno de Pekín rechazó las críticas internacionales por violaciones de los derechos humanos y se negó a realizar una revisión de lo ocurrido el 4 de junio de 1989. La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, criticó al Gobierno chino por su forma de abordar la masacre. Pidió que sean puestos en libertad todos los detenidos y que se investigue lo ocurrido aquel día. Además, criticó el reciente bloqueo a casi todos los servicios de Google en China.

El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Hong Lei, acusó por su parte a Pillay de una "grave injerencia en cuestiones internas" de China. Según Hong, la declaración de Pillay contraviene su mandato como alta comisionada. Hong rechazó realizar una investigación sobre la actuación del Ejército en 1989. "El Gobierno de China ya sacó hace tiempo sus conclusiones sobre los disturbios políticos ocurridos en los años 80", afirmó. Según Hong, en las últimas tres décadas China logró grandes avances económicos y sociales. Respecto a los detenidos, el portavoz aseguró que "en China no hay disidentes, sino personas que infringen la ley". Según la organización Human Rights in China (HRiC), desde principios de año más 90 activistas fueron interrogados, intimidados y puestos bajo arresto domiciliario.

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