crisis humanitaria en la ue | incertidumbre y desesperanza en el centro de la capital magiar

Centenares de refugiados se atascan en la estación de tren de Budapest

  • La Policía húngara cierra Keleti una hora para impedir que la avalancha de inmigrantes se siga desplazando a Austria y Alemania

La Policía húngara desató ayer en Budapest las protestas de cientos de inmigrantes y refugiados de Oriente Próximo al impedirles embarcar en trenes hacia la parte occidental de Europa, continente al que han llegado este año ya 350.000 personas tras cruzar el Mediterráneo.

Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones presentados ayer en Ginebra, la aplastante mayoría de personas entró por Grecia, unas 218.000, mientras que a Italia llegaron 114.000, y 2.643 murieron en el trayecto hacia Europa.

En el centro de la capital magiar se vivió ayer una jornada de incertidumbre, rabia y desesperanza entre los centenares de inmigrantes acampados a la entrada de la estación de Keleti. Es que las autoridades húngaras les prohibieron embarcar en los trenes a Austria menos de 24 horas después de que varios trenes repletos de refugiados partieran rumbo a Europa Occidental.

Los entornos de la estación de metro de Keleti, cerca de la terminal ferroviaria, se convirtieron en un improvisado campo de refugiados para un millar de personas, entre ellas familias con niños de corta edad durmiendo al raso o en precarias tiendas.

La ira de muchos refugiados era visible después de que comprasen billetes, algunos por valor de más de cien euros, para poder viajar a Alemania y después se les impidiera embarcar. La estación de Keleti fuereabierta tras permanecer cerrada algo más de una hora.Decenas de agentes antidisturbios custodiaron la entrada principal tras expulsar ayer a cientos de refugiados que protestaron a la puerta coreando lemas como "Alemania, Alemania", "Dejadnos partir" y el nombre de la canciller alemana, "Angela Merkel".

"Ayer nos dieron esperanzas y hoy vuelven a cerrar la estación", se lamentaba Ahmed, un iraquí que pretende llegar con un hermano y una hermana a Hamburgo, en Alemania, donde afirma tener familiares. "Hemos preguntado a los taxistas cuánto nos costaría ir hasta la frontera con Austria y nos piden 500 euros, pero no tenemos ese dinero", se quejaba en declaraciones a Efe.

Hasta ahora no se ha dado una explicación clara de por qué las autoridades húngaras permitieron embarcar a más de 3.600 personas el lunes con destino a Alemania, una medida que despertó las críticas del Gobierno austríaco. El Ejecutivo húngaro sostiene que con la restricción sólo cumple con sus compromisos con el espacio Schengen, como no permitir que personas de terceros países sin el correspondiente visado puedan acceder a medios de transporte internacionales.

Hungría es el primer miembro del espacio Schengen en la ruta de los Balcanes, que empieza en Grecia y por la que más de 150.000 personas han llegado al país centroeuropeo en lo que va de año.

Las llegadas diarias de inmigrantes a través de la frontera con Serbia, donde se ha erigido una primera valla de concertinas de metro y medio, se sitúa en entre las 1.000 y las 3.000 personas.

El ministro de Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, indicó ayer que su país iba a registrar a todos los recién llegados y devolvería a sus países de origen a los inmigrantes económicos.

La Policía de la República Checa detuvo ayer por su parte en Breclav, sureste del país, a más de 200 refugiados, incluidos 61 menores, en su mayoría sirios. Los refugiados viajaban en trenes procedentes de Austria y Eslovaquia.

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