Canadá ha iniciado 2015 con la puesta en marcha de un nuevo sistema de inmigración que facilita la llegada de emigrantes jóvenes y con alta cualificación profesional tras una serie de fiascos migratorios en 2014.

El llamado Express Entry (Entrada Rápida) está en vigor desde el día 1 y en la práctica sustituye tres programas de inmigración económica para individuos cualificados con un sistema en el que el Gobierno canadiense da prioridad a aquellas personas que tienen una oferta de trabajo en el país.

La puesta en vigor de Express Entry es consecuencia directa del fiasco del Programa de Trabajadores Extranjeros Temporales puesto en marcha por el Gobierno del primer ministro canadiense, el conservador Stephen Harper, para satisfacer las demandas del mercado laboral.

Durante años, el Gobierno presumió de que la economía canadiense nunca sufrió realmente las consecuencias de la recesión de 2008 y puso como prueba la baja tasa de desempleo del país, en torno al 7%, y las demandas en diversos sectores de trabajadores temporales extranjeros para cubrir sus necesidades.

El Gobierno de Harper justificó la multiplicación de trabajadores temporales extranjeros -que no pueden pedir la residencia permanente y que cuentan con menos derechos y prestaciones que los residentes- por el rechazo de los canadienses a trabajar en cadenas de comida rápida.

Pero la triplicación de trabajadores temporales extranjeros coincidió con la política del Gobierno de permitir que las empresas pagasen hasta un 15% menos a los trabajadores importados de lugares como Filipinas o Latinoamérica.

Tras defender repetidamente el programa, el Gobierno de Harper admitió el año pasado que algunos empleadores estaban abusando del mismo y, bajo intensa presión, Ottawa decidió suspender parte del programa de trabajadores temporales extranjeros.