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La crisis entre Arabia Saudí e Irán revuelve el avispero de Oriente Medio

  • Inquietud en la comunidad internacional por la repercusión en Siria, Iraq y Yemen Bahréin suspende los vuelos con Teherán

La crisis entre Arabia Saudí e Irán ha generado preocupación en la comunidad internacional, que pide calma a ambos países con el objetivo de que no afecte a las negociaciones abiertas para solucionar los conflictos en la región.

El ministro saudí de Asuntos Exteriores, Adel al Yubeir, declaró ayer al enviado de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, de visita en Riad, que la reciente crisis entre ambos países no afectará a las negociaciones de paz en Siria, informó la agencia oficial saudí de noticias, SPA.

En varias semanas, estas conversaciones deberían avanzar hacia un proceso de consultas directas entre el Gobierno y las fuerzas rebeldes y opositoras. Tras sus reuniones en Riad, está previsto que De Mistura acuda a Teherán para rebajar las tensiones.

En la misma línea, el embajador saudí ante la ONU dijo a periodistas que, por lo menos desde Riad, esta situación no tendrá efectos en las negociaciones de paz para Siria.

Sin embargo, para el analista del centro de estudios Carnegie de Oriente Medio en Beirut Renad Mansur, esta crisis entre Arabia Saudí e Irán provocará un distanciamiento entre las partes aliadas a estas potencias en los conflictos en Siria, Iraq y el Yemen.

"En la mayoría de los países hay este miedo de que los aliados de Irán y Arabia Saudí aumenten su lucha hasta lo que alguna gente denomina como una guerra fría", señaló en declaraciones telefónicas a Efe.

Esta situación inquieta a la comunidad internacional y, por ello, Naciones Unidas pidió a los dos países tomar pasos para reducir sus tensiones.

En un discurso pronunciado el lunes por la noche, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó los ataques del fin de semana contra las legaciones diplomáticas saudíes en Irán y señaló que la ruptura de las relaciones entre Riad y Teherán es "profundamente preocupante".

Por su parte, el presidente iraní, Hasan Rohaní, advirtió ayer al Gobierno saudí de que la ruptura de las relaciones diplomáticas entre ambos estados no resarce "el gran crimen" cometido por las autoridades saudíes al haber ejecutado al clérigo chií opositor Nimr Baquir al Nimr, lo que desencadenó los asaltos en Irán.

La herida de la crisis entre Riad y Teherán se hace cada vez más profunda y más Gobiernos suníes se unen al flanco saudí, como hicieron ayer Kuwait, con la llamada a consultas de su embajador en Irán, y Bahréin, que suspendió todos sus vuelos con destino y origen en la república islámica.

En este contexto, el analista del centro Carnegie justifica la preocupación de la comunidad internacional, ya que "cualquier esperanza de solución para los conflictos en Siria, Iraq o el Yemen se aleja. Todos los esfuerzos de la Administración del presidente de EEUU, Barack Obama, por ejemplo, se están desmoronando".

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