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La alegría helvética y los festejos de la discordia

  • La celebración de Xhaka y Shaqiri enciende el debate entre los líderes políticos del país centroeuropeo

La alegría helvética y  los festejos de la discordia

La alegría helvética y los festejos de la discordia

La celebración de los suizos Granit Xhaka y Xherdan Shaqiri al marcar sus goles en la victoria 2-1 ante Serbia provocó varias reacciones de políticos en el país helvético. "Realmente no puedo alegrarme", escribió Natalie Rickli, miembro del conservador SVP, el partido más votado de Suiza. "Los dos goles no fueron para Suiza, sino para Kosovo", añadió la dirigente.

"Cálmense, gente", pidió de su lado Stefan Müller, del centroderechista CVP. "Se trata de adolescentes empapados en endorfina que acaban de ser abucheados durante una hora por nacionalistas como ustedes. Pero fue estúpido de todos modos", señaló.

El público ruso, visiblemente volcado en favor de los serbios, silbó cada vez que los jugadores suizos se pasaban el balón. Tanto Xhaka como Shaqiri, que tienen raíces albanesas, celebraron sus goles con las manos juntas como un pájaro que vuela, en clara señal del águila bicéfala de la bandera albanesa.

El trasfondo es político: Serbia no reconoce como un Estado a Kosovo, con el 90% de su población de procedencia albanesa, y quiere, por el contrario, recuperar a su antigua provincia, que declaró su independencia en 2008, una década después de alzarse en armas.

Y es que la guerra de Kosovo dejó huellas en la región y muchos albaneses huyeron a países como Suiza. El padre de Xhaka, por ejemplo, fue encarcelado durante tres años y huyó a principios de los 90 a Suiza. "Es posible que Xhaka hubiera tenido que controlar esas desbordantes hormonas", escribió el diario suizo Tagesanzeiger. "Sin duda, la acción no fue inteligente", añadió.

Shaqiri, de su lado, expresó que la celebración del gol, que decretó la victoria 2-1, fue "sólo emoción" y no política. "Creo que en el fútbol siempre tienes emociones", dijo el volante del Stoke City, que nació en Kosovo, tras el partido.

"Pueden ver lo que hice y es sólo emoción". "Estoy muy feliz de marcar este gol. No es más. Creo que no tenemos que hablar de esto ahora", añadió.

Xhaka, mediocampista del Arsenal, había empezado a dar vuelta a la historia del partido al empatar ante los serbios unos minutos antes.

"Es una victoria para la familia, para Suiza, Albania y Kosovo. El gesto fue para la gente que siempre me apoyó, no estuvo dirigido contra nuestros adversarios", aseguró el ex jugador del Borussia Mönchengladbach, cuyo hermano Taulant es internacional por Albania y participó en la Eurocopa 2016.

El técnico suizo, Vladimir Petkovic, dijo por su parte que prefería no mezclar deporte y política.

"Sólo puedo repetir lo que dije ayer: nunca se deben mezclar política y fútbol", explicó. "Es claro que las emociones salieron y así suceden las cosas", añadió el estratega.

"Creo que tenemos que alejarnos de la política en el fútbol y deberíamos enfocarnos en este deporte como un juego hermoso y algo que une a la gente", expresó el suizo nacido en Bosnia.

El seleccionador serbio, Mladen Krstajic, tampoco quiso entrar en la controversia.

"No tengo ningún comentario", dijo a los periodistas. "No me meto con estas cosas".

Más allá de la polémica, la victoria dejó a Suiza con cuatro puntos en la cima del grupo junto a Brasil, mientras que Serbia quedó con tres y Costa Rica, ya eliminada, cierra sin unidades tras dos jornadas.

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