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Luis Suárez, del mordisco a la impotencia

  • El 'villano' de Brasil 2014 debutó sin suerte en Rusia errando tres claras oportunidades

Luis Suárez.

Luis Suárez. / ROMAN PILIPEY / efe

Después de abandonar Brasil 2014 con un mordisco al italiano Chiellini que entró en la historia de los Mundiales, cualquier regreso de Luis Suárez a la Copa del Mundo podía parecer bueno. Pero lo cierto es que acabó con sabor agridulce tras su estreno: entre la tranquilidad de la victoria de su selección y el debe de una actuación errática.

Falto de agilidad, sin suerte ni puntería ante la portería, anulado por el capitán egipcio Fahti y frustrado por el meta Elshenawy, el delantero desperdició las mejores ocasiones de gol de Uruguay.

El máximo goleador histórico de La Celeste respondió sin excusas: "Sé lo que soy como jugador, lo que puedo dar a esa selección. Y obviamente no estuve a la altura", admitió.

Luis Suárez llegaba al debut con Egipto con ganas de resarcirse por el último Mundial, del que se despidió antes de tiempo por su insólito mordisco en el hombro de Chiellini. Uruguay ganó y pasó a octavos, pero el delantero recibió una larga suspensión y, aún peor, el lastre de villano del Mundial.

Con esa presión saltó al campo en Ekaterimburgo para el debut en Rusia 2018. Durante 90 minutos luchó por quitársela a fuerza de goles, pero sin éxito. Y no por falta de posibilidades: tuvo al menos tres situaciones claras y en las tres se quedó con el grito atragantado. "Son cosas que pasan en la historia de los goleadores. Las famosas rachas. A veces entran todas y a veces sucede lo contrario: el arco parece chiquito", opinó el técnico Óscar Tabárez después del encuentro ya con el alivio de los tres puntos conseguidos.

El Maestro, un hombre que acompañó el crecimiento de Luis Suárez y que le dio un apoyo crucial para superar el incómodo trance de Brasil 2014, supo convertir la crítica en un elogio: "Partidos de jugadores que no están a su nivel les he visto a Messi, Pelé, Maradona y a tantas glorias... No es un pecado".

Lo cierto es que Luis Suárez salió tranquilo del partido y con la mente puesta en la próxima cita, el miércoles ante una inocente Arabia Saudí. "No es algo que nos preocupe", explicó Tabárez sobre la actuación de su delantero. Con el hambre redoblada, el goleador, de 31 años, tiene por lo menos dos oportunidades más para mejorar su juego en Rusia. "Mientras no deje de intentarlo estamos tranquilos", sentenció Tabárez.

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