Daryl Villanueva, un filipino que empezó su carrera profesional como diseñador gráfico publicitario y que, tras pasar por Los Ángeles y Dubai, empezó a interesarse, tras llegar a Saigón, por las motocicletas customizadas, es el padre de Bandit9. Esta empresa tuvo su primer taller en Pekín, donde comenzó a fabricar motos a mano en 2011, ganándose gran reputación como creador de especímenes únicos personalizados a gusto del cliente, algunas de las cuales están en museos y galerías o en manos de coleccionistas. Una de sus últimas motos, la Supermarine, presentada en 2021.

Reestablecido desde hace años en Vietnam, Villanueva ha mostrado ahora su primera incursión en el mundo del automóvil, el Monaco. Un concepto en el que Bandit9 empezó a trabajar hace dos años y en la convicción de que el futuro de la movilidad es eléctrico.

El Bandit9 tiene las ruedas sin carenar y, por el momento, carece de cualquier sistema aerodinámico activo.

El Bandit9 Monaco intenta conseguir que el conductor de este monoplaza obtenga las sensaciones de quien pilota una moto, para lo que se simplifica al máximo “purificando” la deportividad.

En realidad, antes que un coche, el Bandit9 Monaco pretende ser una base sobre la que cada cual incorpore los complementos que irán apareciendo a partir del próximo otoño. Esa base está desarrollada a partir de un chasis monocasco fabricado con fibra de carbono y que está impulsado por un motor eléctrico de imanes permanentes situado en el eje trasero.

El punto de partida del Monaco es un chasis monocasco fabricado con fibra de carbono.

Ese motor es semejante al de un Tesla Model S. Rinde cerca de 400 kW (544 CV) de potencia y tiene un par máximo de 603 Nm, lo que permite que este monoplaza de sólo 795 kg pueda acelerar de 0 a 100 km/h en 2,7 s, más rápido que un Indy Car, alcanzado los 2 g; y obteniendo una velocidad superior a los 260 km/h. En curva o frenada el Monaco promete poder tolerar hasta 4 g.

Ese motor está alimentado por la energía almacenada en una batería de iones de litio con cátodo de litio-ferrofosfato de 50 kWh. Con esta electricidad el Monaco tiene una autonomía de 402 km entre cargas.

Tras el único asiento se apilan los módulos que conforman la batería. Con una carga puede recorrer 402 km. El punto de carga doméstico se incluye en el precio.

El coche de Bandit9 tiene una longitud de 3,82 m, casi como la de un Mini Cooper SE o el Honda e, dos eléctricos pequeños; una anchura de 1,96 m definida por la de sus ejes y una altura de sólo 98 cm: los Lamborhini Aventador y Huracán, que son coches ya muy bajos, respectivamente tienen 1,14 y 1,17 m.

La baja altura contribuye a mejorar la estabilidad y acrecienta la sensaciones de conducción.

La batería, que va situada detrás del asiento del conductor, puede recargarse con corriente continua: Bandit9 sugiere que en los Supercharger de Tela que ofrecen una potencia de hasta 250 kW, pero omite la potencia máxima que tolera.

El Monaco se complementa con un casco, el Forcite MK1S, que incorpora una cámara, altavoces Harman Kardon y micrófonos duales, una pantalla LED que advierte sobre posibles colisiones y conexión Bluetooth.

Los discos de freno son cerámicos y los neumáticos de dimensiones 315/35 R20.

El precio de este monoplaza es de 150.000 euros y Bandit9 lo envía todo el mundo. Los clientes pueden hacer sus pedidos en la web de la marca y las primeras entregas se realizarán a partir de este mes. Los trámites para conseguir la homologación individual que le permita matricularlo corren a cargo del cliente.

La compra del Mónaco da derecho a conseguir el respaldo de un equipo de ingenieros para mejorar el rendimiento de cara a participar en carreras o mejorar los tiempos de vuelta o la conducción. Esta Race Subscription está disponible gratuitamente durante un mes.