El Taigo, como el Polo y el T-Cross -éste desde 2018-, se ensambla en la planta de Landaben (Navarra) de Volkswagen sobre una misma línea de producción, dos en la zona de chapistería.
Es una de las 120 fábricas del grupo industrial en el mundo, de las que algo más de la mitad están en Europa, mientras que el resto se reparten por Asia (32), Sudámérica (10), Norteamérica (9) y Sudáfrica (4).
La factoría navarra está operativa desde 1965, cuando inició allí la producción Authi. En 1979 fue adquirida por Seat, quien fabricó el Panda entre otros coches, incluso también algunos Lancia como el Beta Coupé o el HPE a finales de los 70; y en 1984 pasó a formar parte de Volkswagen. Desde entonces ensambló sólo Polo hasta que entró en la línea el T-Cross.
Hoy está a la cabeza en productividad e impacto ambiental con el propósito de, en 2025, reducir al 45 por ciento el consumo de energía, agua, emisión de CO2, uso de residuos y disolventes respecto a 2010. El objetivo está hoy asegurado a tenor de la disminución ya obtenida y más aún con el proyecto de instalación, ya en marcha, de una planta de producción eléctrica fotovoltaica que ocupará 50.000 m2 de la cubierta de la factoría.
Cada menos de un minuto, un Taigo… o un T-Cross o un Polo
Cada 54,6 segundos sale de la línea una unidad de cualquiera de los tres coches allí ensamblados, de modo que, diariamente, se producen 1.438 en tres turnos de trabajo. Así, a los 4.601 empleados directos le corresponden de media -incluidos administración, servicios, etc- la fabricación de 70 coches anuales.
Volkswagen Navarra está especializada en coches con la plataforma A0 y puede alcanzar un pico de producción anual superior a 300.000 unidades, aunque durante 2020 fueron fabricados allí 242.660 coches y en 2021, 221.122.
Por las características de los modelos de esta factoría, la crisis de los semiconductores le ha afectado en menor medida que a otras, ya que los tres coches hechos allí requieren menos microchips que otros.
También sin electrificación posible a la vista de esta plataforma -ni siquiera se contempla para ella la microhibridación de alguno de los motores que allí llegan- el futuro de la fábrica dependerá, además de los actuales modelos producidos, de que en 2025 se inicie el ensamblaje de un coche eléctrico, como todo parece indicar que ocurrirá.
Para hacer un Taigo se necesitan 14 horas
Al igual que ocurre con cada coche que entra en producción en Navarra, con cada Taigo se invierten 14 horas de trabajo -en la línea está más tiempo-. En el caso del nuevo SUV coupé se utilizan 6.300 piezas -son 1.100 más de las que usan en el Polo- provenientes de 439 proveedores, aunque para la factoría hay un total de 718. Estos proporcionan unos 8.000 puestos de trabajo adicionales, la mayoría en el polígono situado alrededor de la planta. No obstante, también se reciben piezas de lugares remotos como China, Rusia, etc.
Volkswagen Navarra destina el 93 por ciento de su producción a la exportación. Los coches de Landaben llegan a 43 países, siendo Alemania, Francia e Italia sus principales destinos. De la planta salen hacia Santander y Barcelona en tren, a razón de cuatro o cinco diarios, para el flete marítimo; mientras que al resto de destinos lo hacen camiones, con entre 60 y 80 diarios.
Un dato curioso es que el 92 por ciento de los estudiantes de FP que acceden a la Volkswagen Academy, cuyo centro está en la propia factoría, se incorporan al trabajo en ella. La certificación que emite la Cámara de Comercio Alemana les permitiría, no obstante, trabajar en cualquier factoría de Volkswagen del mundo.
A ocho semanas del lanzamiento, el del Taigo es uno de los mejores jamás realizados por una factoría de Volkswagen en tanto que se ha cumplido el número de unidades producidas y sin repercusión alguna sobre el Polo o T-Cross, a la vez que cumpliendo los indicadores de calidad.
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