Cultura

Unas seguiriyas ante el 'Guernica'

A las 16:40 de ayer, el corazón de Enrique Morente dejó de latir. Una escueta nota de prensa de la Clínica de la Luz, en el madrileño barrio de Moncloa, anunció la muerte del cantaor granadino. Momentos más tarde, la familia destacó que la música y la cultura sufrían una importante pérdida, y lo despidió, como lo que fue, el "maestro" del flamenco que supo beber de otras fuentes musicales.

La muerte cerebral, hecha pública por su familia a primeras horas de la mañana, convirtió su fallecimiento definitivo en una muerte anunciada que fue congregando desde primeras hora de la tarde a destacados representantes del flamenco y de la cultura en general en la clínica madrileña. Pasadas las seis de la tarde pasó por ella a consolar a la familia, la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, que calificó la desaparición de Enrique Morente de "mazazo descomunal" por "inesperado" y comparó el vacío que deja con la ausencia del bailaor Antonio Gades. También compareció la actual secretaria de Estado de Igualdad, Bibiana Aído, amiga personal de Estrella Morente y Javier Conde.

Además, pasaron por la Clínica de la Luz ayer por la tarde Joaquín Sabina, El Cigala, Antonio Carmona, Pitingo, Teddy Bautista, los Valderrama, José Sacristán, José Luis Cano y José María García, entre otros muchos.

El periodista deportivo José María García declaró a la nube de periodistas congregada en la puerta principal de la clínica madrileña que la familia de Enrique Morente estaba indignada por la muerte del cantautor, que, en teoría, iba a ser sometido a una intervención quirúrgica en el esófago, y que presentaría una denuncia por presunta negligencia. Pocos más quisieron hablar. El Cigala acertó a pedir a los periodistas que dejáramos a la familia a solas con su dolor.

Entre abrazos y lágrimas, muchos de los amigos del intérprete granadino supieron ayer mismo que lo último que cantó Morente fue una versión de El Ángel Caído, de Antonio Vega, y que también se arrancó por seguiriyas ante el Guernica en el Museo Reina Sofía. Todo eso y mucho más en la película musical El barbero de Picasso, su obra póstuma.

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