Juan Manuel Quintana. XXVIII Festival de Música Antigua de Sevilla (FeMÁS 2011). Juan Manuel Quintana, viola da gamba. Programa: 'La edad de oro del bajo de viola' (obras de Lacquemant, Stoeffken, Sainte-Colombe, De Machy, Sainte-Colombe hijo y Marais). Lugar: Centro Cultural Santa Clara. Fecha: Jueves 10 de marzo. Aforo: Media entrada.

Aunque a principios del siglo XVII en Italia había triunfado un modelo de viola muy específico (la viola bastarda) y en Inglaterra tuvo amplia difusión la conocida como lyra-viol, sin duda la viola da gamba por excelencia, esa que conocen bien todos los aficionados al Barroco, es el bajo de viola tal y como se configuró en Francia a mediados del siglo XVII, con su séptima cuerda incluida, que posiblemente añadió Monsieur de Sainte-Colombe.

Al período de desarrollo de este instrumento y de su repertorio asociado dedicó ayer su concierto el argentino Juan Manuel Quintana, que se mostró como un fiel representante de la más clásica escuela vinculada a la viola, esa que hace especial énfasis en destacar el perfil más íntimo, sugerente y expresivo del instrumento.

Quintana mostró una muy segura afinación toda la noche, a la vez que un sonido homogéneo, claro y fluido, también pequeño, de dinámicas más bien estrechas, lo que en cualquier caso pareció más bien una elección interpretativa personal que una limitación técnica, pues en la segunda parte de la Vielle de Sainte-Colombe mostró una notable capacidad para sonar potente y redondo.

El sentido de las articulaciones respondió también en general a la concepción más clásica de la música del período, con frases sutilmente ligadas que suelen arrancar en piano, ascender hasta una meseta cercana al mezzoforte y terminar con un leve diminuendo. Curiosa resultó la interpretación de toda la Suite de Stoeffken, la pieza más singular de la noche, en pizzicato, y muy efectiva la forma de arpegiar los acordes, que recuerda a ese style brisé del laúd, tan cercano a la viola en la Francia del XVII. Un recital al que pueden aplicarse calificativos que han sido utilizados ya en este mismo periódico para otros recitales del ciclo dedicado a la viola: íntimo, refinado, delicado y siempre un punto ensimismado.