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Una oportunidad cercana: el regreso de The Pink Tones

  • La banda tributo continúa con su gira para los que quieran repetir los años 70

Mientras Roger Waters sigue prolongando la gira de The Wall en todo el mundo a tenor de un éxito que seguramente ni él mismo esperaba, y los rumores sobre el lanzamiento de un nuevo disco de David Gilmour con material inédito para este año cobran cada vez más brío, el amante español de Pink Floyd tiene un consuelo para disfrutar de su música en directo con The Pink Tones, una de las bandas tributo más reconocidas del panorama internacional. El grupo actuó el pasado fin de semana en Granada dentro de su gira en la que, en cada concierto, completan casi tres horas de repertorio floydiano en el que se entremezclan los clásicos inmortales del cuarteto con algunas joyas ocultas, planteado siempre desde la fidelidad a los originales y cuidando la excepcional puesta en escena.

The Pink Tones son Álvaro Espinosa (voz, guitarra y theremín), Antonio Fernández (batería y percusión), Nacho Aparicio (teclados), Cefe Fernández (bajo, guitarra y voz) y Pipo Rodríguez (saxo, guitarra y voz). Comenzaron a trabajar en 2003, procedentes en su mayoría de otras bandas "como un proyecto aficionado, sin grandes pretensiones", cuenta Nacho Aparicio, quien matiza que "a medida que se iba formando el proyecto y tras la respuesta del público en los primeros conciertos vimos que podía ser una propuesta para los seguidores de Pink Floyd". En cuanto al repertorio, The Pink Tones abordan algunos de los temas más populares del grupo como Another brick in the wall, pero también otros muchos, correspondientes sobre todo a su primera etapa, a los que ni siquiera Pink Floyd prestó mucha atención en directo, como A saucerful of secrets y el monumental Atom heart mother, en la que Álvaro Espinosa interpreta las partes originales del coro con un theremín (instrumento electrónico primitivo con dos antenas). "Trabajamos cada tema en función de la época en la que fue grabado. Analizamos los amplificadores usados en su momento, el sistema de grabación, los efectos e intentamos mimar todos los detalles", explica al respecto Aparicio, quien admite que en la obra de los años 70 "es donde encontramos lo más relevante, pero es divertido también abordar temas más recientes como Coming back to life y Sorrow". En cuanto a la producción de sonido, una cuestión especialmente delicada en lo que a Pink Floyd se refiere, Aparicio afirma que The Pink Tones se han beneficiado de una tecnología que actualmente "nos permite emular muchos sonidos de la banda sin necesidad de llevar todos los instrumentos de todas las épocas, lo que sería imposible. Pero invertimos mucho tiempo para lograr que el piano de Echoes suene como si estuviese bajo el agua". La escenografía, con figuras inflables de cuatro metros de alto, el círculo de luces y el láser, también ha sido diseñada por los músicos. Así que aquí hay algo más que consuelo.

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