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Hermanos de tango

  • El cantaor Miguel Poveda y el bandoneista Rodolfo Mederos presentan esta noche en el Palacio de Carlos V el espectáculo 'Diálogos'

Diálogos es un reflejo de su relación personal. No se interrumpen y se miran con complicidad y respeto. El cantaor Miguel Poveda y el bandoneista Rodolfo Mederos representan esta noche al Palacio de Carlos V el hermanamiento entre el flamenco y el tango, la sinfonía de la amistad en un escenario hasta ahora reservado a las orquestas en el Festival de Música y Danza.

"Es un lujo tener al lado a un músico como Mederos, alguien que desprende verdad, enjundia y belleza", piropeó ayer Poveda al bandoneista argentino tras el último ensayo en el Teatro del Zaidín. "Miguel es alguien muy cercano para mí pese a los años, los kilómetros y la cultura que nos separan", respondió por su parte Mederos. "Hemos encontrado un lugar común impensable porque creía que era difícil enpatar el flamenco y el tango, pero cuando escuché sus discos sentí que algo muy profundo nos conectaba, nos unía la pasión y que somos dos músicos que representamos fielmente una cultura", continuó el argentino hundiendo su discurso en las raíces de la música. "Las culturas populares están avasalladas por el poder pero yo me sumé a este proyecto con la conciencia de estar aportando algo a la identidad de ambos pueblos", continuó.

Eso sí, huyendo de la palabra fusión como quien huye de la canción del verano. "Significa confusión en la mayoría de los casos y viene a ser como la música que interesa al poder dominante, por lo que nosotros mantenemos nuestras esencias para descubrir que tenemos muchas cosas en común", matizó el bandoneista dejando claro de paso hacia dónde se orienta su pensamiento político.

Y de ahí al concierto de esta noche en el Palacio de Carlos V, "un concierto histórico" según Poveda. "Como músico que procede de la música popular me produce muchísima alegría actuar en un espacio dedicado a la música sinfónica porque supone romper prejuicios", apostilló por su parte el cantaor que ofrecerá su personal versión del Volver de Gardel dándole una vuelta por alegrías. "Chacón cantó milongas en los años veinte, Marchena era un declarado admirador del tango y llevó su estética al flamenco", concluyó el cantaor poniendo antecedentes históricos a la actuación de esta noche, histórica también por su parte para el festival. Flamenco y tango: 'pero dos no es igual que uno más uno'.

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