Cultura

Cantar en facistol

  • Reunidos en torno a un gran libro de coro, los miembros de la Capella Prolationum y del Ensemble La Danserye graban música inédita de López Capillas, el 'Ockeghem mexicano'.

López Capillas: Misas. Motetes. Capella Prolationum. Ensemble La Danserye. Lindoro (Sémele).

Naturales de Calasparra (Murcia), los hermanos Fernando, Juan Alberto, Luis Alfonso y Eduardo Pérez Valera fundaron en 1998 el Ensemble La Danserye, un conjunto de ministriles que se ha especializado en la investigación e interpretación de la música antigua, especialmente la renacentista. "Nos formamos en la banda de nuestro pueblo, donde mi padre tocaba la trompeta", comenta Fernando, el primogénito y tal vez por eso portavoz del grupo, "y con el tiempo fuimos descubriendo que el Renacimiento era perfecto para nosotros: cuatro voces, con posibilidad de cambiar de instrumentos... Hemos funcionado como un auténtico grupo histórico de ministriles, en los que eran tan comunes las sagas familiares". Los hermanos Pérez Valera comparten no sólo la pasión musical, sino también la científica. "Somos tres geólogos y un biólogo, dos doctores y dos doctorandos. Nuestra formación nos ha permitido acercarnos a la música como si fuera una ciencia más". Se fabrican sus propios instrumentos e investigan exhaustivamente todo lo que tiene que ver con el repertorio que les gusta. "Hemos descubierto un campo inmenso de trabajo en muchos aspectos. Por ejemplo, en las lengüetas históricas, que es algo que está casi completamente por hacer, o las chirimías, fundamentales en las capillas españolas hasta el siglo XVIII y que en época moderna se han tocado en general bastante mal".

Lo más original del trabajo de La Danserye es su acercamiento directo a las fuentes, que no se limita al estudio, sino a su uso durante todo el proceso de preparación e interpretación de las obras, incluidos los conciertos y la grabación de los discos. "Hace cuatro años decidimos que la única manera de acercarnos a la interpretación histórica de verdad era tocando a partir de una fuente original. Esto exige un esfuerzo extra para conseguir la fuente y ponerla en vivo, y luego exige también mucho de nuestros colaboradores". En el último disco del grupo, publicado por el sello sevillano Lindoro, se les ha unido la Capella Prolationum, un conjunto de ocho voces bien conocidas de la música antigua andaluza. Su objetivo era la obra de Francisco López Capillas (1614-1674), un compositor mexicano al que descubrieron un poco por casualidad. "Haciendo revisión de la música de ministriles que existe en México, encontramos la canción Re Sol, original de Juan de Riscos. Y supimos que López Capillas había escrito una misa basada en esta canción. Nos pusimos a trabajar enseguida y con nosotros, más en serio todavía, se puso a trabajar el musicólogo Javier Marín. Nos dimos cuenta de que en la producción de López Capillas existe mucha más música de facistol que en el estilo policoral típico de su época. En otras de sus misas utiliza unos cánones enigmáticos espectaculares, muy fuera de su tiempo, por los que ha recibido el apodo de Ockeghem de México. El peso de la tradición renacentista en su obra es definitivo: utiliza todas las estrategias típicas de las misas del siglo XVI, incluso la armonía; es verdad que a veces emplea intervalos nuevos, pero rápidamente vuelve a lo suyo. Y eso nos fascinó".

El disco incluye la Misa Re sol, sobre la canción de Riscos, la Misa Aufer a nobis, sobre un motete propio, otros tres motetes y la única obra en castellano conservada del músico, un Alabado, "un tipo de pieza tradicional de las capillas, que solía hacerse después del Pange lingua. Elegimos estas dos misas porque eran las primeras que figuraban en el Manuscrito 7 de la catedral de México, y los libros solían empezar siempre con las piezas que se consideraban más señaladas. Y los motetes, que interpretamos de formas diferentes, porque queríamos mostrar su carácter polifuncional: eran empleados para infinidad de cosas. Curiosamente estas misas están también en un manuscrito que se conserva en la Biblioteca Nacional (BN) de Madrid, que está mejor conservado que el mexicano, y por eso empezamos a trabajar con él. Solicitamos a la BN una copia digital del manuscrito y a partir del pdf hicimos un trabajo minucioso de restauración para fabricarnos un facsímil. Fue difícil encontrar el papel idóneo, del tamaño (grande, casi 50 centímetros) y las características que necesitábamos, pero lo conseguimos. Logramos también la impresora ideal, y una vez impreso, lo cosimos y encuadernamos exactamente como se hacía en la época. El mismo proceso seguimos con los motetes".

Música de facistol es la escrita para ser interpretada en torno a un solo libro que se coloca en un gran facistol central, con todos los músicos alrededor. "La música está en notación mensural blanca, sin barras de compás, con ligaduras, muchos signos de repetición, erratas, que hay que memorizar, como los semitonos, que no están anotados… No es fácil. Antes de empezar los ensayos tuvimos alguna sesión teórica con los cantantes." La producción se presentó en el Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza de 2013, antes de ser registrada el verano pasado en el Santuario de Loreto de Espartinas. "Decidimos grabar el disco, porque si no esto se pierde. Y aunque el 95% de los oyentes no va a apreciar realmente nuestra disposición en torno al facistol, lo grabamos igual que lo cantamos y tocamos en directo, entre otras cosas, porque así nos evitamos hacer una transcripción moderna. En cualquier caso, este tipo de interpretación exige prácticas diferentes a la interpretación polifónica tradicional: esto es mucho más rítmico, tienes que ir a metrónomo, con uno de los cantores marcando el compás, como era habitual en la época, y con otro pasando las páginas, porque si no te pierdes".

Otro detalle de estas versiones tiene que ver con el uso de tenores agudos para las voces de alto: "Le dimos muchas vueltas. No creemos en los contratenores para esta música. Y en las fuentes se dice claramente que se requieren 'contraltos de voz clara, que no usen falsete'. Hoy las claves suelen transportarse al agudo, pero con las claves naturales, no necesitas falsetistas para las partes de alto. Además luego tener tenores como altos es una ventaja para los pasajes graves". Para Fernando Pérez Valera, "estamos lejos de saberlo todo, pero con lo que sabemos ahora mismo las interpretaciones de la polifonía española de la época a cappella o con acompañamiento de órgano positivo falsean la realidad histórica de esta música. El problema es que perdimos la tradición hispánica, y hemos asumido como propia la inglesa. Nosotros queremos iniciar una línea diferente, mostrando otro tipo de polifonía, aunque igual en unos meses descubrimos que hay que hacerlo de otra forma. Esa es nuestra línea: la de investigar y experimentar, no separar musicología y práctica. Trabajamos como en un laboratorio".

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