CHARLIE WATTS | OBITUARIO

Adiós al genio reservado de los Rolling Stones

  • El batería Charlie Watts fue durante medio siglo el contrapunto de sus compañeros de banda cuyo sonido marcó de forma sólida pero sutil

Charlie Watts en un concierto de The Rolling Stones en el Olympiastadion de Berlín en 2018.

Charlie Watts en un concierto de The Rolling Stones en el Olympiastadion de Berlín en 2018. / HAYOUNG JEON (EFE)

Charlie Watts, el batería y miembro más reservado de los Rolling Stones, falleció ayer a los 80 años. Tan sólo habían pasado veinte días desde que un comunicado oficial de su entorno anunció que, debido a su reciente operación, realizada con éxito, "tenía que descansar y recuperarse", por lo que no iba a ocupar la banqueta de la batería en la gira estadounidense que va a mantener de nuevo en activo a los Rolling de septiembre a noviembre. El propio Charlie se resignó entonces con estas palabras: "Estoy trabajando duro para ponerme en forma, pero hoy acepté, siguiendo el consejo de los expertos, que eso llevará un tiempo". Mick Jagger, Keith Richards y Ronnie Wood apoyaron su decisión y dijeron sentirse "realmente ansiosos por darle la bienvenida a Charlie tan pronto como esté completamente recuperado". Palabras que no hacían presagiar el fatal desenlace conocido este martes. ¿Qué pensarán cuando vuelvan la cabeza durante el primer golpe de batería del concierto que abra su gira y vean sentado a Steve Jordan en el lugar que durante medio siglo ocupó su amigo? Sin duda será un inicio muy amargo.

Callado, digno, elegante, Watts siempre fue el contrapunto de sus compañeros de banda, con los que no compartía su modo de vida fuera de los escenarios, aunque cuando subía a uno con ellos era el mayor ciclón de todos. Su forma de tocar, haciendo que se convirtiesen en tornado los aires de swing con inflexiones de jazz que le convirtieron en uno de los baterías más singulares y mejores de su generación, era una marca de fábrica que contribuyó al enorme éxito de los Stones desde el principio de sus días, a la vez que le apartaba del pelotón de colegas suyos que a la hora de manejar las baquetas buscaban el efectismo atronador y la grandilocuencia. Watts marcaba el ritmo de forma sólida, pero sutil. Nadie duda de que el riff de guitarra de Keith Richards definió el sonido del grupo desde Satisfaction, pero el patrón de batería de Watts era igualmente esencial; flexible pero implacable.

Charlie Watts, Ronnie Wood, Keith Richards y Mick Jagger, The Rolling Stones. Londres, 2012. Charlie Watts, Ronnie Wood, Keith Richards y Mick Jagger, The Rolling Stones. Londres, 2012.

Charlie Watts, Ronnie Wood, Keith Richards y Mick Jagger, The Rolling Stones. Londres, 2012. / Facundo Arrizaballaga (Efe)

Nacido como Charles Robert Watts el 2 de junio de 1941 en Londres, cuando comenzó de pequeño a interesarse por la música le dieron un banjo para que aprendiese, pero él enseguida le quitó las cuerdas y le desmontó el mástil para quedarse con el redondeado cuerpo del instrumento y usarlo a modo de tambor, con el que seguir el ritmo de Miles Davis, Charlie Mingus y otras grandes estrellas del jazz que comenzaron a agitarle el sueño desde que apenas cumplió los doce años. La batería, por tanto, estaba destinada a ser su instrumento y a ella se ató desde que, una vez graduado siete años más tarde en la Escuela de Arte de Harrow, que tanto le sirvió para el diseño de las portadas y las escenografías stonianas, ocupaba sus noches acompañando a cualquier banda que lo necesitase, la mayoría de ellas grupos de jazz; aunque después de un corto trabajo en los países escandinavos como diseñador gráfico se vio obligado a cambiar su estilo porque le fichó Alexis Korner, que se movía en terrenos mucho más cercanos al rhythm and blues.

Su inmersión en el blues de Chicago fue la que le llevó a cambiar de banda en 1963, para formar parte de la historia de la música desde entonces con los Rolling Stones. Con ellos grabó 30 discos de estudio que les llevaron al Rock and Roll Hall of Fame en 1989, aunque Watts no asistió a la ceremonia. Para él siempre fue todo más sencillo y aunque estuviese tocando en un gran estadio, frente a muchos miles de espectadores, él siempre se hacía la ilusión de estar en el Blue Note respaldando a Charlie Parker ante una audiencia reducida y respetuosa con lo que escuchaba.

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