JUICIO POR PARRICIDIO

La Fiscalía rebaja su petición a 9 años de cárcel para el acusado de asestar 117 puñaladas a su padre

  • El letrado de la defensa, Nicomedes Rodríguez, se adhiere a la petición de la fiscal, que ha tenido en cuenta tanto el arrepentimiento del acusado, como el trastorno paranoide que sufre y el consumo continuado de drogas para reducir la petición inicial de 11 años

Tribunal del juicio del acusado de matar a su padre con 117 puñaladas

Tribunal del juicio del acusado de matar a su padre con 117 puñaladas / Belén Vargas

La fiscal del juicio del hombre que asestó 117 puñaladas a su padre en la madrugada del 13 de septiembre de 2016 en el Polígono de San Pablo, ha rebajado la petición inicial de 11 años de cárcel a 9 teniendo en cuenta el "arrepentimiento, el consumo reiterado de drogas y el trastorno mental que padece el acusado". El letrado de la defensa, Nicomedes Rodríguez, se ha adherido a la petición de la fiscal en las conclusiones del procedimiento, que continua mañana miércoles.

Entre los testimonios presentados ante el Tribunal,  el psiquiatra forense destacó que en el momento de la agresión el acusado "no tenía ninguna psicopatología que le impidiera saber lo que estaba haciendo porque no había ruptura con la realidad". Ahora bien, al ser "consumidor de sustancias tóxicas durante muchos años, ha consolidado un trastorno de la personalidad paranoide". En definitiva, el forense concluyó que en el momento de los hechos, el acusado "sabía lo que estaba haciendo pero su voluntad no era intacta".

Asimismo, a preguntas de la fiscal, el psiquiatra aseguró que el consumo abusivo de drogas desde, al menos, los tres días anteriores e incluso la misma noche del apuñalamiento, "pudo hacer que interpretara la realidad de manera diferente". 

En este sentido, Nicomedes Rodríguez, letrado de la defensa, preguntó si el consumo de sustancias estupefacientes agravaría la agresividad, a lo que el forense respondió que "dificulta el autocontrol y la voluntad se encuentra afectada".

En jornada de hoy, además del hermano del presunto asesino, que ha hecho uso de su derecho a no declarar y que, al igual que su madre ha renunciado a solicitar indemnización, el turno ha sido para diferentes peritos. 

De este modo, el médico forense que acudió al levantamiento del cadáver explicó que encontró el cuerpo boca abajo y con “varias heridas causadas por arma blanca. “Al darle la vuelta al cuerpo apreciamos muchas lesiones en cara, tórax y abdomen”.

A preguntas del letrado, el forense señaló que en la sala había “una mesa con parafernalia de consumo de drogas”. Los policía encargados de hacer el informe sobre estas sustancias indicaron en su testimonio que se trataban de cocaína y pastillas machadas como "opiáceos para el tratamiento de adicciones y antidepresivos".

30 heridas en la cara

Por su parte, los encargados de hacer la autopsia en el Instituto de Patología Legal, afirmaron durante su testimonio ante el Tribunal que la mayoría de las heridas eran incisopunzantes, “y se corresponden con un lomo y el filo cortante. También hay una lesión característica en el pectoral izquierdo con la pala de un destornillador. El resto de lesiones son con cuchillos monocortantes”. En cuanto a la localización de las lesiones, el facultativo explicó que la mayoría "no afectaban a estructuras vitales". En su testimonio señaló que la 30 de ellas estaban en la cara de la víctima y "una profundizaba en el cuello seccionando la yugular, en sentido descendente", llegando hasta el esófago, el tiroides hasta producir "una muesca en la traquea". 

La autopsia realizada a la víctima presenta erosiones y arañazos en hombros, además de varias heridas en tórax y abdomen, una de ellas "penetra en la cavidad torácica a través del primer espacio intercostal, "dejando marca en el hueso".

En cuanto a la presencia de lesiones defensivas, existen hasta 20 heridas incisivas en la palma de la mano derecha y 5 en la izquierda, además de otras en el antebrazo izquierdo.

La víctima esta sentada según el forense

A preguntas de la fiscal sobre la situación de la víctima cuando fue atacado por el acusado, el forense afirmó que "estaba sentado y recibe varias heridas así, intenta defenderse sujetando el arma e interponiendo los brazos. Después sufre la sección de la carótida, lo que produce una hemorragia masiva, que se une a la sección de la subclavia. Estas lesiones son incapacitantes en poco tiempo" y "solo se curan con un cirujano cardiovascular al lado", añadió.

Respecto al ADN encontrado en los tres cuchillos y el destornillador utilizados durante la agresión, los policías testificaron que en los dos jamoneros  había perfil genético de la víctima en la hoja y en el mango, de la víctima y del sospechoso. En el destornillador, sólo del sospechoso y en el cuchillo pequeño, sólo apareció perfil genético de la víctima. 

Durante la segunda jornada del juicio también testificaron los miembros del Instituto Nacional de Toxicología que analizaron a la víctima y explicaron que, según las pruebas realizadas a la sangre, orina y humor vítreo del fallecido, éste había consumido cocaína y varios medicamentos antes de la muerte.

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