La apertura de los pequeños establecimientos, donde el propio gerente es el que se pone tras el mostrador o la barra, mientras que algún familiar o empleado atiende las mesas o repone el material puesto a la venta, ha permitido retomar la actividad comercial por los distintos rincones de la comarca de la Janda.

La venta de caracoles con caldo o con tomate en tarrinas de medio kilo, se ha convertido en una salida para muchos de estos pequeños negocios, que utilizando las redes sociales, anuncian los teléfonos de contacto y los horarios de atención al público. En Vejer, ya hay algunos bares que tienen lista de espera de hasta dos días con respecto al pedido realizado.

Una actividad que se suma a otras propias de cada mañana como acudir al centro de salud, donde se debe guardar cola a las puertas del centro sanitarios, y donde los médicos siguen atendiendo la mayoría de las consultas por vía telefónica, ya que la renovación de los medicamentos se está realizando, previa petición, desde las farmacias.

Las colas siguen también a las puertas de las entidades bancarias, y se va guardando el turno en pequeños comercios de ferretería, carnicería, panadería o heladería, donde se guarda cola tras pedir la vez, aguardando que salga la persona que está siendo atendida en el interior.

Mayoritariamente, las personas que se han podido ver en la calle hacen uso de las mascarillas, aunque, algunas llevan la nariz por fuera de ella.

Los talleres también han abierto sus puertas. Los vehículos son sometidos a una desinfección con ozono, así como las llaves que el cliente deja para el uso del automóvil.