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Especial Indiana Jones

La historia de las calaveras de cristal

  • En su cuarta aventura, Indiana Jones anda tras la pista de una de estas piezas, de supuesto origen precolombino aunque los expertos han demostrado que son falsas.

Las calaveras de cristal atribuidas a las culturas precolombinas, en busca de una de las cuales parte Indiana Jones en su cuarta aventura, fascinan, y alrededor de ellas se han construido no pocas leyendas, pero son falsas, porque los científicos han demostrado que fueron fabricadas en el siglo XIX.

Incluso Indy lo reconoce al principio de El reino de la calavera de cristal, cuando afirma que ha visto el cráneo que posee el Museo Británico de Londres, una pieza "bella pero sin interés", aunque, evidentemente, la calavera de la película termina siendo mucho más interesante para el doctor Jones.

Coincidiendo con el estreno de la película, el Museo del Quai Branly organiza una exposición para presentar al público el cráneo de cristal de su colección, precisando que se sabe hoy con certeza que se trata de una falsificación.

Esta escultura de cuarzo de 11 cm de altura, conocida con el nombre de Cráneo de París, fue donada al Museo Etnográfico de la capital francesa por el explorador Alphonse Pinart en 1878 y fue considerado durante un tiempo como una obra de arte precolombina, representación de Mictlancihuatl, deidad azteca del mundo de los muertos.

No se conoce ningún cráneo de cristal que se haya encontrado durante excavaciones arqueológicas que atestigüen su autenticidad, y esas calaveras "no respetan las convenciones de representación de los cráneos humanos, y en particular de las divinidades de la muerte, entre los aztecas y los otros pueblos de tradición mesoamericana", según el museo.

La aparición de estos objetos, presentados como esculturas precolombinas, a fines del siglo XIX, provocó una curiosidad y una fascinación en el mundo de la arqueología tan grandes como las dudas que rápidamente aparecieron sobre su autenticidad.

Se catalogaron doce en todo el mundo y la leyenda dice que corresponden a los doce mundos en los que hubo vida humana. Los Itzas, venidos de la Atlántida, los trajeron a la Tierra y los entregaron a los hombres, junto con sus conocimientos.

Pero la Tierra, el más joven de los mundos habitados, tiene también su cráneo, el 13º. Todos ellos fueron guardados en una pirámide sucesivamente por los olmecas, los mayas y los aztecas. Estos fueron responsables de su dispersión, siempre según la leyenda, que afirma que, si fuesen reunidas, las trece calaveras tendrían poderes maravillosos, incluso el de parar el mundo, si fuesen alineadas el último día del calendario maya, el 12 de diciembre de 2012.

Pero la realidad científica está muy lejos de la leyenda.

La calavera de cristal perteneciente al Museo Británico de Londres fue sometida a una serie de análisis en 1996 y 2004 y, aunque las conclusiones definitivas de estos estudios aún no se han publicado, se sabe ya que tienden a probar que se trata de una falsificación. La pieza en cuestión habría sido fabricada en el sur de Alemania entre 1867 y 1886 utilizando cristal de roca brasileño.

En 2007, el Museo del Quai Branly encargó a su vez al Centro de Investigación de los Museos de Francia (C2RMF), basado en el Louvre, un peritaje de la pieza, sobre cuya autenticidad había dudas desde hacía tiempo. Los resultados completos de esta investigación serán publicados el año próximo, pero los científicos han concluido ya que se trata probablemente de una creación de la segunda mitad del siglo XIX.

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