DESDE que falleció la duquesa de Alba su única hija, la menor de los seis hermanos y la más mediática, Eugenia, había desaparecido prácticamente de la vida pública. Eugenia Martínez de Irujo ha necesitado más de un año para recuperarse y volver a la cotidianeidad. A pesar de sus diferencias en algunos momentos de su vida, madre e hija estaban muy unidas y, sobre todo en los últimos años, la duquesa de Montoro desplegó una gran ternura con su madre, a la que visitaba en Dueñas con su hija Tana.

Madre e hija eran mujeres temperamentales, de gustos sencillos, apasionadas y con un gran sentido del humor. Sólo la gran timidez de Eugenia las diferenciaba, aunque con los años ha ido superándola. Desde su separación de Francisco Rivera,padre de su única hija, no se le ha conocido relación sentimental,excepto el fugaz noviazgo que tuvo el pasado verano con el actor José Coronado.La menor de los Alba ha asegurado que está muy bien soltera. "No me apetece complicarme la vida con hombres. Estoy muy tranquila y disfruto de esta etapa de mi vida", ha dicho.

Eugenia ha vuelto a estar presente esta semana en la vida social, primero presentando un nuevo modelo de gafas para la firma Tous, a la que está vinculada desde hace mucho tiempo, y luego asistiendo al tenis con su hija. Su relación con la firma Tous comenzó como imagen imagen de la misma, si bien luego se ha involucrado más y ha creado sus propias colecciones,además le une una gran amistad con el matrimonio Tous y sus hijas. Estos días, además, se la ha visto disfrutar con su hija, con la que ha acudido en Barcelona al trofeo Conde de Godó.

A la duquesa de Montoro el trabajo que más le enorgullece es el que realiza en la Fundación Pequeño Deseo, creada en el año 2000 y que se dedica a cumplir deseos de niños enfermos para conseguir elevar su estado anímico. "Está demostrado que la ilusión es terapeútica y los médicos a veces cuando tienen que realizar un trasplante o ven a un niño un poco más bajito nos llaman para que les demos la sorpresa", asegura rotunda.

Aunque en su día a día intenta pasar desapercibida, en esta labor se implica de lleno e incluso acude a los hospitales a entrevistar a los pequeños para conocer realmente que es lo que les haría más ilusión. "Hasta ahora nadie nos ha dicho que no, incluso muchos artistas, cantantes y deportistas siguen luego en contacto con los niños y sus padres y quieren saber de su evolución", explica.

Y a ella se le ilumina la cara cuando habla de la Fundación. "Es también egoísmo, porque es maravilloso cuidar y ayudar a los demás. Todos tenemos nuestro lado solidario, aunque a veces no sabes cómo hacerlo y, cuando surge la oportunidad de hacer algo que te llena, te vuelcas". Eugenia llegó a la Fundación a través de un amigo que le habló del caso de un niño que quería conocer al Capitán Alatriste, interpretado en el cine por Vigo Mortesen. Quedó tan impactada por aquella historia que le pidió a su amigo que le presentara a la directora, Cristina Cuadrado, y a partir de ahí empezaron una larga relación que cada día le da más alegrías.

Actualmente es patrona de esta fundación junto al Padre Ángel o Javier Urra, entre otros. Suya fue la propuesta de que Mercedes Vázquez estuviera al frente de la Delegación en Andalucía cuando se abrió en el año 2011. Mercedes hija del torero Pepe Luis Vázquez y una de las mejores amigas de Eugenia desde la infancia; sus familias siempre han sido muy amigas y esta amistad continúa a través de sus respectivas hijas. Mercedes tiene la misma ilusión que su amiga de Eugenia y hoy sábado hasta las tres del mediodía estará al frente del I Rastrillo solidario que organiza la Fundación junto a las firmas Intropía y Scalpers en el Hotel Meliá Sevilla. La Fundación Pequeño Deseo ha conseguido cumplir en España más de tres mil quinientos deseos, y sigue trabajando. La varita mágica es el símbolo de la Fundación y su lema "a veces cumplir el deseo de un niño es su mejor medicina".