Raffaella Carrá, quien falleció el lunes a los 78 años, ha entrado a formar parte de la leyenda. La cantante y presentadora, abanderada de Italia en todo el mundo, ha recibido este viernes el adiós que se merece, el de una artista adelantada a su tiempo que llevó la Fiesta como lema de su carrera profesional, y de su vida. Descanse en paz.

Momento de la misa oficiada este viernes en Roma por Raffaella Carrá.

Ella quería un funeral sobrio, sin las lentejuelas y los brillos que la han acompañado siempre en el escenario. Pero no ha podido evitar que miles de italianos le den su último, y merecido, aplauso. Entre ellos muchas figuras de la televisión italiana, como Enzo Paolo Turchi y Carmen Russo, una figura muy conocida en España pues fue presentadora durante años en Telecinco. También ha asistido al sepelio el bailarín español Joaquín Cortés.

Sergio Japino, su compañero y amigo hasta su últimos días, recibe el pésame de la alcaldesa de Roma.

Sergio Japino, compañero inseparable -primero en el amor, luego en la amistad-, lo organizó todo tal y como ella dispuso en vida. Sentado en la primera fila de la basílica de Santa Maria in Arcoeli, junto a la alcaldesa de Roma, le ha demostrado de nuevo su amor incondicional. En la nave central del templo se habían dispuesto 200 sillas para los numerosos asistentes, y eso con aforo reducido debido a las restricciones sanitarias por la pandemia.

El féretro sube la escalinata de la basílica de Santa Maria in Aracoeli, desde la que se divisa toda Roma.

Su féretro, un sencillo ataúd de madera, fue portado por familiares y amigos a la hora de subir los 124 escalones de la escalinata de Santa Maria in Arcoeli. Antes, el cuerpo de la diva italiana había realizado un extenso trayecto desde su capilla ardiente, situada en el ayuntamiento de Roma, en la Plaza del Campidoglio, donde ha recibido el homenaje de miles de seguidores durante dos días. De hecho, los italianos que no han podido acceder a la iglesia o a la capilla ardiente por las extensas colas, han seguido su funeral desde varias pantallas gigantes ubicadas en puntos estratégicos de la ciudad, soportando eso sí las altas temperaturas de este viernes en la capital italiana.

Panorámica de la basílica de Santa María en Aracoeli durante el funeral de Raffaella Carrá.

El funeral se  ha celebrado a las doce de la mañana ante una expectación máxima en todo el mundo. La RAI, la televisión pública italiana, ha ofrecido un programa especial desde las 11.40 de la mañana para retransmitirlo. TVE ha emitido la señal desde el comienzo de las exequias, a mediodía. Una retransmisión que pasará a la historia, como ya lo ha hecho la Carrá.

La presentadora Lorena Bianchetti, durante el discurso que le dedicó a Raffaella Carrá en la misa.

"¡Qué gran mujer, artista y persona, ha sido un símbolo que ha cruzado un siglo y un milenio. Quizá solo ahora vemos todo lo que fue, un regalo. Este aplauso es todo para ti", proclamó desde el altar de la iglesia su amiga, la presentadora Lorena Bianchetti, mirando al féretro, rodeado de fotos y de flores.

Carmen Russo, presentadora y amiga de Rafaella, a su llegada al sepelio.

Simone Castaldi, un franciscano de 48 años, ha oficiado la ceremonia, durante la que ha destacado que Raffaella era una persona "muy espiritual". También ha destacado su "humanidad" y la "dignidad" con la que ha llevado una enfermedad que prácticamente no conocía nadie. Junto a él han estado cuatro frailes capuchinos del monasterio de San Giovanni Rotondo, custodio de los restos del santo más venerado de Italia, el Padre Pío, del que Raffaella era gran devota. "Reencontrarse en el cielo será una fiesta y estoy seguro de que encontraremos a Raffaella en ella, en primera fila. Ve en paz Raffaella", ha concluido.

Italianos se agolpan en la entrada de la basílica de Santa Maria in Aracoeli.