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El príncipe Enrique, ¿a un paso del altar?

  • Para la prensa británica es ya un hecho: el Palacio de Kensington anunciará la boda del hijo pequeño del príncipe Carlos y la actriz Meghan Markle antes de que acabe el año

La actriz de televisión comienza a disfrutar de su noviazgo.

La actriz de televisión comienza a disfrutar de su noviazgo.

Las ladies británicas están desempolvando su mejor pamela de cara al nuevo año, y no precisamente para presumir de estilo por el hipódromo (que también). ¿Los Windsor van de boda en 2017? La pregunta está en el aire y según algunos tabloides ingleses como The Guardian parece estar más que confirmado. El posible compromiso del príncipe Enrique con su novia, Meghan Markle, cada vez coge más forma, tanto que en Inglaterra todo el mundo espera que el Palacio de Kensington anuncie antes de que finalice el año el enlace de la pareja del momento.

El príncipe díscolo de la realeza europea, de 32 años, quiere sentar la cabeza y parece que ha encontrado a la persona ideal para ello. Y no le ha importado la polémica que ha suscitado que su chica sea actriz americana y mujer divorciada. La bella Meghan, la que podría convertirse en cuñada de Catalina de Cambridge, está siendo carne de cañón para la prensa sensacionalista británica que ha hurgado en su pasado y criticado, por ejemplo, las escenas de cama que ha protagonizado en la serie de televisión Suits, en la que trabaja.

Según estos medios, el príncipe Carlos no ve con buenos ojos la idea de "integrar en Palacio" a la intérprete. Una opinión que no secundarían en absoluto Guillermo y Catalina de Inglaterra que ya han mostrado públicamente el apoyo a la relación de Enrique, al que nadie quita la sonrisa de su rostro últimamente. El propio príncipe ordenó a Kensington que enviara un comunicado a los medios pidiendo "respeto y privacidad" para Meghan a la que se refirió como su "novia"; algo muy poco usual en las casas reales antes de que se haya anunciado el compromiso oficial entre ambos.

El príncipe voló hace unos días más de 3.000 kilómetros para encontrarse con su novia en Canadá durante unas horas y, dicen, aprovechó para regalarle la nueva gargantilla que ésta luce en los últimos días. Un bonito colgante de oro de 14 quilates hecho a medida con las iniciales de ambos. Quizá sea la antesala al anillo que haga oficial su próxima boda.

Un enlace que de celebrarse convertiría a Meghan Markle, de 35 años, en princesa y que tendría que llevarse a cabo de forma civil ya que ella estuvo casada en el pasado con el productor de cine Trevor Engelson. Una boda mucho más discreta que la unió a los duques de Cambridge en 2011 en la Abadía de Westminster pero en la que también habría el tradicional regalo de la reina Isabel II: un ducado. Así, el príncipe y la actriz podrían convertirse en los duques de Clarence.

Meghan Markle, a la que se le ha visto pasear por los alrededores de la residencia oficial del nieto de la soberana británica y que viaja a Londres continuamente, empieza a encontrarse cómoda en su todavía discreto papel dentro de la familia Windsor. Sin fotografía oficial junto a su chico, por el momento, parece estar acostumbrándose a su nuevo papel de socialité; es lo que tiene emparejarse con un príncipe y no con cualquier príncipe sino con el hijo ligón de Lady Di y comenzar a formar parte de uno de los clanes más mediáticos de todos los tiempos.

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