Pasarela

Sobre la pasarela de las ilusiones

  • El sevillano Antonio Jiménez se alza con el premio a la Mejor Colección, por 'La rosa de los vientos', en el Certamen de Jóvenes Diseñadores.

Bajo la atenta mirada de un jurado presidido por la cineasta Pilar Távora tenía lugar, durante la mañana de ayer, la edición del Certamen de Diseñadores Noveles Simof 2011 donde, con el apoyo del Instituto Andaluz de la Juventud -y su programa Desencaja-, pudieron verse las iniciativas de diez participantes encabezados por David Álvarez y Purificación Ramos. Ambos repasaron, en una propuesta titulada Pasión y pureza, una gran variedad de patrones que pasaron desde el corto sesentero al largo más clásico y desde los dos piezas, falda y blusa, a los cortes ceñidos que marcaron el principio de una velada plena de emociones. Por su parte, Alicia Cáceres apostó por grandes lunares para una línea pensada en blanco y negro, de una parte, y fucsia, de otra, marcada por la sofisticación de una "feria-fiesta" con ciertos aires cabareteros.

Todo lo contrario que María Astolfi, muy sencilla con Entre bolillos, conjunto de caídas suaves apoyadas en delanteros y traseros escotes en "v" que buscaron el minimalismo de inocentes formas y colores. Enseguida, Rocío Trigueros concentró su Esencia en un pase algo difuso que sembró diversidad de opiniones entre los asistentes y, Esperanza Gómez -mención especial del concurso-, contempló Desde mis adentros unas líneas que convencieron por sus mangas largas con volantes afarolados, chalequitos, tirantes, ausencia de escotes y, como look, dos grandes claveles y acertados aros dorados.

Gitanos en flor supuso la aportación de Francisco Lomora (derrochador tanto en los adornos florales como en un concepto final que, en ciertos instantes, recordaba a la cordobesa Juana Martín) y Flamenco bohemia, la de Rosabel Nacarino, quien supo, recordando, en moderado, a Ágatha Ruiz de la Prada, reinventar unos volantes que, abullonados, se movían graciosamente durante el tránsito de unas desfilantes procedentes de la Agencia Doble Erre.

Como culminación, Rafnuro realizó un guiño a las posibilidades de lo flamenco en Flamenco deluxe, moda festiva ideal para citas especiales como bodas, bautizos y comuniones y, Ángeles Fernández, respiró una Esencia marinera en la que, rayas y lunares, se alternaron indistintamente en los mismos vestidos.

No obstante, la victoria recayó sobre Antonio Jiménez y su Rosa de los vientos, colección en blanco, azul y rojo que se enarboló como bandera de una arrolladora personalidad bajo la que se incorporaron simpáticos elementos como pañuelos al cuello y sombreritos que hubieran hecho las delicias del mismísimo Jean Paul Gaultier. Suyos fueron los cinco mil euros que, esperemos, invierta en una formación la cual, a pesar de la calidad ya existente, siempre es poca en el duro camino hacia el éxito profesional.

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