El futuro de la sucesión de Isabel II ha quedado más calmado, o al menos aclarado, al considerar a la actual esposa del príncipe de Gales, Camilla, como futura reina consorte. La decisión de la reina en pleno jubileo con motivo del 70º aniversario de su ascensión al trono han incomodado a los más nostálgicos de Diana Spencer, pero a su vez ha calmado las entrañas políticas de la casa de Windsor.
En Londres y Edimburgo volvían ayer a resonar las salvas de honor a la reina, marcando así el inicio oficial del año del Jubileo de Platino de la reina, tras conmemorarse el pasado domingo la fecha de la sucesión. En las horas previas se produjo el anuncio sobre la duquesa de Cornualles que ha sido encajado con más alivio y comprensión que con recelos.
El príncipe Carlos e Isabel II
Isabel II, a sus 95 años, asiste a una celebración nacional en la que por primera vez no se encuentra acompañada de su marido, el duque de Edimburgo, fallecido el pasado año al filo de haberse convertido en centenario y tras 72 años de matrimonio.
Han sido jornadas de emoción en el palacio londinense, con el recuerdo añadido del fallecimiento de Jorge VI el 6 de febrero de 1952, fecha que marcaba el larga vida a la reina. Nunca mejor dicho en el caso de la entonces princesa Isabel. Esa conmemoración no se celebra nunca y en este caso el año de jubileo comienza a festejarse a partir de la jornada siguiente.
Isabel II y el duque de Edimburgo con sus hijos Carlos, Ana y Andrés de bebé.
Pese al anuncio con el que ha limado los recelos con su hijo Carlos, la reina británica tiene previsto seguir en el trono mientras las fuerzas sigan y en un año que estará repleto de compromisos y reconocimientos de las instituciones del Reino Unido.
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