Renovarse o morir. Esto es lo que ha debido pensar Michael Caine (14 de marzo de 1933) cuando aceptó ponerle voz a Finn McMissile, el controvertido agente secreto de la nueva entrega de la película de animación Cars. Una nueva andadura profesional que le llega al veterano intérprete cuando pensaba que ya no le quedaba nada nuevo por hacer en el mundo del séptimo arte. Uno de los actores más elogiados de la industria cinematográfica, con una carrera que abarca más de medio siglo y más de 100 películas a sus espaldas, Caine es un amante de su familia y precisamente por ésta, y en especial por sus nietos, le hizo especialmente ilusión convertirse en un coche animado. Nominado seis veces a los Oscar, se ha llevado en dos ocasiones la preciada estatuilla dorada gracias a su trabajo en Hannah y sus hermanas y The Cider House Rules. A estos suma varios Globos de Oro y premios BAFTA. Una carrera imparable que no decae y lo consagra como uno de los actores más emblemáticos de Hollywood. Quien se lo iba a decir a este niño británico de origen humilde, que empezó trabajando como asistente de producción en un teatro. El mismo escenario donde desarrolló su vocación como actor, la que tantas satisfacciones le ha dado en su vida.

-¿Cómo decidió involucrarse en esta segunda entrega de la película Cars?

-Me llamó John Lasseter y me preguntó si yo estaría interesado en poner voz a uno de sus coches. ¡No me lo podía creer! Enseguida le comenté a mi esposa que me habían ofrecido estar en Cars 2 y, lo más gracioso, como espía. No es la primera vez que me meto en el papel de un agente, y sabía cómo hacerlo. Cars me gustó desde que vi la primera entrega, me sorprendieron los avances de la tecnología, nunca había visto algo así. Por todo ello tenía muchas ganas de formar parte de la segunda entrega de la película.

-¿Cómo es el personaje que interpreta en este filme?

-Mi personaje es Finn McMissile, un nombre fantástico para hacer de súper agente. Soy un deportivo azul de dos puertas. Un vehículo muy elegante con un toque muy retro, que, por cierto, está ahora muy de moda.

-¿Cuál fue su primera impresión de este deportivo?

-Es aún mejor de lo que imaginaba. No deja de ser curioso verse a uno mismo dentro de un coche y la primera vez me impresionó. Creo que mi voz queda muy bien en el personaje de este deportivo británico y encima el azul es mi color favorito. Finn McMissile puede hacer cosas fascinantes, es lo más parecido que he visto a Mary Poppins. La película es muy divertida y muy emocionante. Al igual que con la primera, cuando uno se sienta a verla no da crédito de lo que ve en la pantalla, y lo bien que está hecho todo. Increíble.

-¿Cuál es la misión de Finn McMissile en la película?

-Soy un espía, que se propone saber quién está tratando de destruir el mundo de las carreras de coches. Con esta idea viaja por todo el mundo. Ésta es una de las cosas que más me gustan de la película, la forma en la que van cambiando los países. Me reí mucho cuando McMissile llega a Londres y termina en un reloj, que es el Big Ben. Algo muy personal.

-¿Qué tipo de coche tiene?

-Tengo un Lexus, pero conducía un Rolls Royce en Los Ángeles. Mi sueño es tener un Bentley, mi favorito.