Pasarela

La dama de blanco

  • Véronique Zidane, hija de emigrantes almerienses, es la mitad perfecta del entrenador del Real Madrid, con el que comparte su vida desde los 19 años.

El día que Zinedine Zidane dejó de jugar en la Juventus de Turín y fichó por el Real Madrid todos los ojos miraron hacia ella. Dicen que es la mitad perfecta del entrenador blanco y que el amor ciego que se profesan ambos desde hace casi tres décadas es el elixir del triunfo del francés, que no duda en dar un giro a su carrera si es ella la que se lo pide.

Véronique Zidane iba para bailarina profesional, pero no dudó en dejar a un lado su prometedora carrera para seguir a su chico, un joven jugador de la Associacion Sportive de Cannes que había conocido en una discoteca de París a través de un amigo común. La vida de Véronique y Zinedine empezó desde entonces a escribirse en plural y la guapa morena que encandiló a la joven promesa del fútbol francés en aquella discoteca parisina sigue ocupando, casi 30 años después, un lugar destacado en la vida del exfutbolista, formando una de las parejas más estables del fútbol internacional (aunque por el camino haya tenido que perdonar algún que otro desliz por parte de él).

Véronique se convirtió un día en el objetivo de Florentino Pérez, que sabía que los orígenes españoles de la mujer de Zidane podrían ser la clave para incluir al francés en el equipo galáctico que estaba preparando cuando la década de los 90 tocaba a su fin. Y no se equivocó. La guapa Véronique, con su hijo mayor ya en el mundo, se acordó de los veranos que pasaba en las playas de Almería, de donde sus padres tuvieron que emigrar a Francia cuando el campo dejó de dar de comer a todos, y ayudó a que la balanza de Zidane se decantara a favor de España.

Las raíces andaluzas de Véronique fueron la clave para que 'Zizou' decidiera seguir en Madrid hasta el final de su carrera deportiva en 2006. Y es que la francesa sigue estando vinculada con la pedanía almeriense de El Chive, muy cerca del desierto de Tabernas, donde nacieron sus padres, Antonio y Anita, y donde siguen viviendo algunos parientes. Verónica, como la conocen en El Chive, se siente orgullosa de sus orígenes y por eso reserva unos días cada verano para acudir a Almería junto a su marido y sus hijos.

Zinedine y Véronique tienen muchos rasgos en común, ya que ambos son celosos de su intimidad, no les gusta alardear de sus logros y comparten tanto sus orígenes humildes como ser hijos de padres emigrantes. En el caso del futbolista, sus padres dejaron atrás la aldea de Aguemune en Kabilia poco después de que Argelia se independizara de Francia y comenzaron a construirse un futuro mejor en un barrio de emigrantes de Marsella, mientras los de ella dejaron Almería y emigraron a Rodez, Francia, donde nacieron sus dos hijas.

A Véronique le habría encantado que alguno de sus hijos siguiera sus pasos en el mundo de la danza, aunque no ha tenido esa suerte. Los cuatro hijos que ha tenido el matrimonio han sido varones y todos han preferido calzarse los tacos de fútbol antes que las zapatillas de baile. El mayor, Enzo, tiene ahora 20 años y es uno de los futbolistas más destacados del Castilla, el segundo equipo del club blanco, que hasta hace bien poco estaba comandado por su propio padre. También el segundo, Lucas, de 17 años, juega en la cantera del Real Madrid, aunque en su caso ha optado por ponerse bajo los palos, seguramente para evitar las comparaciones con su progenitor. Los dos más pequeños, Theo y Elyaz, de 13 y 10 años, respectivamente, también juegan en las categorías inferiores del Real Madrid aunque todavía es demasiado pronto para saber si, como sus hermanos y su padre, harán del fútbol su forma de vida.

Véronique es la única en su casa que no se ha calzado las botas, aunque no por ello vive de espaldas al Santiago Bernabéu, donde hace tiempo dejó de ser una WAG para convertirse en 'primera dama'.

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