Se pueden contar con los dedos de las manos los días que faltan para que llegue al mundo el primer hijo de los duques de Cambridge. Y la expectación tanto en el Reino Unido como en el resto del planeta es enorme. Será niño. Será niña. Cómo se llamará. Cuánto pesará. Estos días las redacciones, televisiones y radios están que echan humo, también las casas de apuestas que no dejan de especular ante el inminente nacimiento del futuro heredero al trono británico, tercero en la línea de sucesión tanto si es varón como si es hembra.

El nombre es lo que más parece interesar a los apostantes. Alejandra, seguida de Carlota, Isabel, Diana y Victoria parecen triunfar en caso de que sea niña. Jorge, Jaime y Luis encabezan las preferencias si, en cambio, fuera niño. Aunque sus padres quieren alejar al bebé de todo el interés mediático y el protocolo innecesario, es inevitable que en torno al pequeño se haya montado una especie de 'negocio' equiparable al que ya se vivió en 2011 con la fastuosa boda de sus padres en la Abadía de Westminster. La prensa británica asegura que el nacimiento del bebé real generará 369 millones de dólares de beneficios gracias al merchandising y la publicidad de ciertas firmas que han aprovechado el filón para hacer caja. La marca de ropa Mothercare ha creado una línea especial de pijamas y juguetes para celebrar la ocasión, mientras que FisherPrice ha puesto en marcha una serie 'Príncipe y princesa' de orinales que tocan melodías musicales. Tesco ofrece camisetas con las palabras Born to be real y Emma Bridgewater, la empresa de cerámica de Staffordshire, vende objetos con las palabras Un bebé real en 2013.

Entre los pocos detalles que se conocen acerca del nacimiento, parece confirmarse que la princesa Catalina dará a luz en el hospital St. Mary, el mismo en el que se convirtió en madre la princesa Diana. Lady Di rompió hace 30 años una de las tradiciones más arraigadas en la familia real británica eligiendo este centro para traer al mundo sus hijos, Guillermo (1982) y Enrique (1984), después de que todos los anteriores herederos al trono de Inglaterra nacieran en palacio. La esposa del nieto de la reina Isabel II tendrá a su bebé en una exclusiva ala privada del citado hospital, llamada 'The Lindo', donde disfrutará del máximo confort y privacidad. En cuanto al alumbramiento, prefiere parto natural, según han revelado los medios británicos.

Tras ser madre, Catalina vivirá unas semanas en la casa de sus padres y amamantará a su hijo, al igual que hizo su recordada suegra. Los duques de Cambridge quieren que su retoño crezca con los pies en la tierra, viva en el mundo y tenga una infancia lo más normal posible dentro de su papel. La princesa quiere involucrarse en los cuidados de su bebé, aunque contará con la ayuda de Antonella Fresolone, la niñera italiana, elegida entre docenas de candidatas para cuidar al pequeño y esperado heredero, que ya se ha instalado en el Palacio de Kensington.

La última aparición pública de Catalina de Inglaterra fue en el tradicional Trooping the Colour donde acompañó al resto de la familia real británica y lució orgullosa la recta final de su embarazo, en el que no ha perdido ni su bella sonrisa ni su impecable estilo.