Pasarela

Lo 'chic' seduce en París

  • La semana 'prêt -à-porter' de la capital de la moda no sorprende, pero conquista, con una pasarela tan sofisticada como 'punk' y retro.

Una moda voraz, sexy, chic, sofisticada, elegante y femenina, pero también con un aire desenfadado, arriesgado, con un toque masculino en lo referente a los complementos y muy retro. De todo se ha podido ver sobre la pasarela en la semana de la moda prêt-à-porter de París, unas jornadas en las que los creadores no se han puesto de acuerdo para vestir a las féminas en el próximo otoño-invierno 2012 -igual se desviven por la silueta femenina que optan por las líneas rectas y los volúmenes olvidándose de sus curvas- y en las que tampoco ha faltado la polémica.

Abrió la pasarela un Dior sin Galliano, aunque con su esencia indiscutible, que cautivó a los amantes de la moda con un sinfín de vestidos vaporosos, llenos de movimiento y tirando de las recurridas transparencias para sugerir. Piezas brillantes que no han quedado a la sombra de la colección personal del gibraltareño (eso sí, en la más estricta intimidad), en la que no ha renunciado al lujo, la sensualidad y el buen gusto con auténticas joyas inspiradas en el estilo campestre inglés.

La misma feminidad que han desprendido las propuestas para la próxima temporada de Amaya Arzuaga, que apuesta por minivestidos llenos de pliegues y volúmenes que enseñan unas piernas interminables y que optan por un aire más desenfadado, o Zac Posen, que quiere una mujer chic que se inspira en los 70 y que sigue apostando por los pantalones de pitillo y los abrigos XXL. No se quedan atrás Givenchy, con una línea sobria, de líneas rectas y con el negro como protagonista, o Guy Laroche, que quiere elegancia para la mujer ante todo.

Una forma de ver la moda muy distinta a la que han presentado en París la firma holandesa Viktor&Rolf, que subió a la pasarela a modelos semidesnudas con un toque muy psicodélico e infernal; Kenzo, que al igual que Alber Elbaz para Lanvin prefiere piezas más minimalistas y con un toque algo masculino; Vivienne Westwood, que se dejó llevar por la época punk y lo barroco para una colección desenvuelta y algo osada en las formas, o Balenciaga, con un toque muy futurista y hasta surrealista para algunos.

En cuanto a los tonos, no ha habido sorpresas. Nada de colores vivos y poco estampado. El próximo invierno los colores planos, dentro de la paleta más sobria, llenarán los armarios. Tampoco se ponen de acuerdo los diseñadores con las texturas. Verdaderos experimentos, en ocasiones, que a veces no convencen y que tienen como base la fusión, ya sea de colores o influencias.

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