Pasarela

Saray Ramírez: Una sensual voz más allá de OT

Saray es muy simpática, muy sonriente, muy dicharachera y, además, lo hace muy bien. Todo parece excelente alrededor de esta chica de 26 años -en Junio cumplirá 27- que se hizo muy popular tras su paso por OT hace dos temporadas. Desde entonces, nuestra protagonista -nacida en Gran Canaria, y con familia en Fuerteventura-, no ha dejado de poner de su parte para que, el gran sueño de su vida, pudiera hacerse realidad. Y, por fin, esa lucha se ha materializado en Into my soul, primer álbum de la cantante donde, sobre bases de gospel, soul, jazz y pop, ha construido unos temas de los que incluso puede, en determinados casos, presumir de autora. "Es una grabación muy cuidada donde he querido mostrarme al público tal y como soy. Aunque suponga una desnudez interior, me encuentro muy satisfecha, pues va a conocerse una Saray que, hasta ahora, ha pasado más desapercibida". Al fin y al cabo, participar en un reality televisivo, tal y como nuestra propia interlocutora nos narra, supone tener que adaptarse a sus normas. "Es lógico pues, aunque tengas definido tu género, te plantean retos que ponen a prueba otros registros. Por eso, cuando sales, el único motivo que te impulsa es mostrarte a ti misma".

Agradecida por esta experiencia, la artista decidió mudarse a Madrid donde, en compañía de su perro, Kray, ha comenzado una nueva etapa alejada de su isla y de los suyos. "Se echa de menos a tu gente y algunas costumbres, la costa, el acento, el clima… Los amigos siguen ahí y entienden que me sacrifique por mis aspiraciones laborales". Tanta es la pasión que siente Saray por la música que ha decidido implicarse al cien por cien en las labores de producción de un disco donde encontramos cortes como El destino puede esperar, Sueño que persigo o Can´t keep my eyes away from you (No puedo apartar mis ojos de ti). "Creo que me he involucrado más de lo que debiera", reflexiona. "Cuando te preocupas sólo de interpretar, cuidas tu voz, te centras sólo en eso. Al ampliar horizontes, llegas a perder hasta el sueño, aunque no lo contemplo como algo negativo. Deseaba hacerlo porque esto es un arte que sirve para expresar emociones".

No obstante, en cuanto a los sentimientos que tienen que ver con el corazón y la pareja, esta joven confiesa carecer, de momento, ni de tiempo, ni de intenciones. "A preguntas "del Tomate" no contesto", bromea entre risas. "Estoy enamorada de Into my soul y, aparte, resulta complicado estar con alguien que se dedica a esto. Sólo puedo asegurar que no me condiciona esa perfección física que está tan a la orden del día. Es mucho más importante que sea una persona sincera y honesta y, en cierta forma, de eso también hablo en mis letras. De todas las veces que debiéramos decirle a quienes aprecias lo mucho que te importan y de todas las excusas que ponemos para no ver a quien queremos". Pero, ¿es esta forma de pensar fruto de su paso por la "pequeña pantalla"? ¿Era muy distinta Saray antes de ahora? "Llevo 12 años como profesional y, en mi tierra, tenía dos grupos, uno de jazz y otro de funky, y estudiaba lírico, canto moderno… No puedo quedarme quieta y, gracias a todo eso, he llegado aquí".

Sin haber tenido lugar aún para hacer balance del giro de 180 grados que ha sufrido su presente, la intérprete tampoco se plantea unos objetivos imposibles. "Soy consciente de que esta propuesta no es para grandes masas pero no me importa. La meta no es la última meta sino seguir disfrutando y llegar cada vez a más públicos". Claro que eso implica días mejores y, sin duda, otros no tan buenos. "Hay que estar preparado para lo que venga. Sabía dónde iba y lo que intentaré conseguir". Unas claras ideas que, la menor de tres hermanos, desarrolla con desparpajo e ilusión y que, por si fuera poco, complementa con unas espléndidas cualidades vocales. Sólo hace falta encender la mecha de la suerte y, el éxito, está garantizado.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios