Ricky Martin protagoniza la portada de la edición australiana de la revista GQ. Además de la sesión fotográfica en la que se puede ver al cantante en plena forma a sus 41 años, el puertorriqueño ha concedido una larga entrevista a la publicación en la que ha hecho varias confesiones. Una de las declaraciones más sinceras que ha realizado ha sido sobre cómo actuaba hace unos años con homosexuales. "Miro al pasado y me doy cuenta de que le hacía bulling a gente que sabía que era homosexual", ha contado muy arrepentido, ya que ahora entiende lo que es sentirse rechazado por su condición sexual. Ha comentado que "tenía una homofobia interiorizada, me di cuenta de que chocaba conmigo, quería alejarme de ella", un comportamiento que achaca al miedo que tenía a salir del armario por lo que su familia y sus fans pudieran pensar de él. "Era terriblemente rebelde. Solía mirar a los homosexuales y pensar: Yo no soy como ellos. No quiero ser así, ese no soy yo. Me sentía completamente avergonzado de lo que era", ha admitido.

Pero en la actualidad todo ha cambiado y se siente más feliz y liberado que nunca. Y los culpables de esa felicidad son sus hijos, los gemelos Matteo y Valentino. En 2008 se convirtió padre de los pequeños a través de un vientre de alquiler. Fue en ese momento cuando decidió que debía hablar de su condición sexual, porque para él lo más importante era que sus hijos supiesen la verdad desde el primer momento y vivieran la situación con total normalidad. "No quiero que mis hijos piensen que crezcan en una casa llena de mentiras o pensando que hay algo malo con ser gay", ha contado. Además ha hablado de su pareja, el empresario Carlos González Abella, con quien está educando a sus hijos y junto a quien se siente más feliz que nunca. Tan pleno se siente el ídolo de jóvenes y mayores que en numerosas ocasiones ha confesado su deseo de volver a ser padre, aunque ese momento todavía no ha llegado.

En la amplia entrevista no solo ha ha hablado sobre su vida personal, el cantante también ha contado el buen momento profesional que está atravesando. Desde que se convritió en padre decidió retirarse un tiempo de los escenarios para dedicarse por completo a sus gemelos. Pero echaba de menos el trabajo y en junio de este año publicó su nuevo trabajo en el que se encuentra el tema Come with me, con el que a las horas de sacarlos a la luz se convirtió en número uno en todas las radios. Aunque ha estado bastante alejado de la industria del disco, ya hace un tiempo que el puertorriqueño volvió a los escenarios. Hace unos meses terminó con éxito su papel del Che en el musical Evita en pleno Broadway, una experiencia inolvidable para él. Ahora va a comenzar a ser jurado del programa musical La Voz en Australia. Ricky está encantado con que hayan contado con él para este formato, porque dice que es un concurso en el que puede opinar lo que quiera. Seguro que es un buen asesor teniendo en cuenta los más de 70 millones de discos que ha vendido por todo el mundo a lo largo de su carrera. Además en octubre comenzará su gira, la primera después de confesar su homosexualidad y en la que espera darse a conocer tal y como es, sin tener que esconder nada a cambio. Feliz con sus hijos, con su pareja, con un aspecto físico envidiable, sin parar de trabajar, sin haber perdido el apoyo de sus seguidores y liberado de sus miedos. Ahora Ricky Martín sí que puede cantar eso de Living la vida loca, porque es ahora cuando el artista confiesa que la está viviendo de verdad.