Figura tardía entre la copla y el pop

Muere la cantante Concha Márquez Piquer a los 75 años

  • Fue la primera esposa del diestro Curro Romero y su marido desde 1982, el actor Ramiro Oliveros, está consternado por el imprevisto desenlace que sufrió en su reciente ingreso 

Muere Concha Márquez Piquer. / Europa Press

Conjugaba la vertiente taurina y la copla y pareció siempre estar bajo la sombra, tremenda sombra de su madre, Concha Piquer. Hija también del diestro Antonio Márquez, fue una figura menor de la copla, un nombre de transición entre los aires clásicos y una renovación que no llegó nunca a cuajar pese a su notable voz. Fue Conchita para ser distinguida de su madre y el diminutivo terminó siendo una losa.

Primera esposa del diestro Curro Romero, también se vio sacudida por la tragedia cuando falleció su hija Coral a los 19 años en un accidente de tráfico, en 1986, en un viaje a Estados Unidos, iba con otros dos jóvenes en dirección a Nueva Orleans. Una hija que también era una promesa en el pop y cuya carrera como vocalista de Avenida de Pasión se truncó de forma malograda cuando sólo había mostrado sus primeras credenciales.

Su ya entonces marido, el actor Ramiro Oliveros, fue su apoyo y ha sido su compañía hasta el final.  Concha Márquez Piquer fallecía este lunes en Madrid a los 75 años. Una infección pulmonar, ajeno al coronavirus, se le complicó en los últimos días y su ingreso desde un mes atrás no hacía sospechar este fatal desenlace. 

Concha había nacido en Buenos Aires en el fin de año de 1945 en una de esas interminables giras de su madre.

Su infancia fue en Madrid y en su etapa escolar destacó por su faceta artística, siendo además alumna de uno de los compositores de copla fundamentales, el maestro Juan Solano. Con sólo 16 años contrajo matrimonio con Curro Romero, un amor que fue haciendo aguas con los años mientras Conchita, Concha, intentaba hacerse un nombre en el panorama nacional de la canción popular. El torero, según ella, se excedía en juergas.

El matrimonio, que tuvo dos hijas, Coral y Concepción (nacida en 1963), se separó en 1979 y obtuvieron en divorcio en 1982.  Con Ramiro Oliveros fue madre de una tercera hija, Iris Amor, nacida en 1988.

Debutó  en 1969 en una gala benéfica y su primera actuación en solitario fue en el Teatro de la Zarzuela y protagonizó un musical, Un millón de rosas, basado en la vida de La Bella Otero. Por entonces, hace medio siglo, llegó a ser una de las aspirantes al festival de Eurovisión con el talent Pasaporte a Dublín, donde fue elegida Karina. En la relación también estaba un perfil similar, Rocío Jurado, que se convirtió en la estrella de la copla a la que estaba llamada la hija de Concha Piquer.

En pleno momento dulce intervino en 1973 en una de las adaptaciones de zarzuela de TVE, con Los sobrinos del capitán Grant junto a Pedro Osinaga.

En 1976 venció en un festival internacional de Bulgaria y en distintas giras por Hispanoamérica, especialmente en México, se convirtió en una figura respetada pero sin llegar a los hitos maternos, una sombra en su carrera.

A mediados de los 90, ya fallecida Concha, elaboró un disco de duetos con sus voces sin lograr el éxito esperado. Con el productor teatral José Tamayo tuvo un sonado litigio por la producción de un musical, Madrid Madrid, en 2000, y en 2006 reeditaba en un doble álbum temas de ella y de su madre.

Pese a ser una figura que interesó a las revistas del corazón mantuvo a lo largo de los últimos veinte años una trayectoria alejada de los focos y las polémicas televisivas.

 

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