Consciente de que la trayectoria de un deportista dura poco, David Meca estudió tres carreras y vivió diez años en Estados Unidos. También ha sido 28 veces campeón del mundo y superado retos increíbles hasta ser considerado el mejor nadador de la historia. Teniendo en cuenta, además, que siempre ha sido una persona a la que le ha gustado ayudar, no es extraño que ahora se dedique a dar charlas motivacionales y de superación. Como la que hoy imparte en el marco del programa de desarrollo empresarial Diálogos que impulsan, que hoy arranca en Málaga un recorrido que le llevará a una decena de ciudades. La conferencia de David Meca se titula Consigue lo que te propones.
–¿En qué consiste la conferencia que hoy pronuncia en Málaga?, ¿cuándo y cómo decidió participar en esta iniciativa?
–Mi charla tiene como objetivo proporcionar herramientas para emprender un proyecto o hacer que uno que ya existe, funcione. Será una conferencia muy cercana y participativa cuyo objetivo es que los asistentes se empapen de los valores que creo imprescindibles para alcanzar el éxito: trabajo, esfuerzo e ilusión. La pasión que pones en lo que haces es la principal apuesta para asegurar que salga bien.
–¿Por qué, pudiendo dedicarse al deporte o a desarrollar otros trabajos, ha tomado este camino laboral?
–Podría ser entrenador de natación, por ejemplo, sí. Pero siempre me gustó motivar a la gente, a las empresas. El deporte también es una empresa. Los deportistas aprendemos valores desde muy jóvenes, y me encantó la idea de transmitir todo aquella que aprendí durante mi vida deportiva. De cómo un niño con botas ortopédicas, hierros en las piernas y asma del que todos se reían se convirtió en un ganador gracias a que mis padres se empeñaron en que la natación era mi única cura. Al principio odiaba nadar, claro (risas).
–Supongo que tener actitud, que no aptitud, se puede trasladar a muchas facetas: la laboral o la vida misma.
–De acuerdo: lo importante es tener actitud. Un empresario de éxito, o un deportista de élite, no nace, se hace. Y, claro, es una forma de ver la vida. Las personas más felices, en lo personal y en el trabajo, son las que se apasionan con todo lo que hacen. El éxito no es una cuestión de suerte, no te va a salir al encuentro; hay que ir a buscarlo, creer que lo vas a lograr. Sin motivación e ilusión, no se consigue nada.
–¿Pensando así fue cómo consiguió batir el récord mundial cruzando el Estrecho de Gibraltar o hacer a nado el Camino de Santiago?
–Sí. Yo no soy ningún portento, y menos físicamente. Pero la mente lo es todo. El tiburón más peligroso no está en el mar, sino en nuestra mente.
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