Katie Holmes no atraviesa su mejor momento. En los últimos días, la vida de la actriz ha dado un giro radical y, todo apunta, a que no pasará uno de sus mejores veranos. Su sorprendente separación de Tom Cruise la ha puesto en el ojo del huracán y ahora los paparazzi la persiguen a todas horas, incluso cuando pasea junto a su hija Suri, de sólo 6 años. Volcada en los cuidados de la niña y en su carrera profesional, Holmes acudió a trabajar como cada día cuando una nube de fotógrafos la asediaron a la puerta de los estudios donde graba la serie Project Runway: All Stars. Con un vestido discreto y el pelo recogido, la hollywodiense no disimuló su tristeza. Tampoco ocultó su mano derecha, en la que ya no luce su alianza de casada. Un anillo con un gran diamante de 5 quilates que no se había quitado desde que Cruise se lo puso en noviembre del año 2006.

A pesar del mal trago, Katie está muy decidida y seguirá adelante con la separación de Tom Cruise. De hecho, ya ha presentado la demanda de divorcio en el que ha solicitado la custodia exclusiva de la hija de ambos. La actriz quiere educar sola a Suri, pues teme que la niña sea captada por la Cienciología. Al parecer, el detonante de la ruptura de la pareja fue un interrogatorio de casi cien preguntas formuladas por los cienciólogos al que la pequeña fue sometida en un campamento de entrenamiento. Algo que el actor aceptó con absoluta normalidad pues entra dentro de sus creencias religiosas.

Tom Cruise, que ayer celebró su 50 cumpleaños en compañía de su hijo Connor de 17 años, que adoptó durante su matrimonio con Kidman, está "devastado", según ha dicho su representante, pero dispuesto a pelear en el que será uno de los divorcios más polémicos y caros de la meca del cine.