iván llanza

Miembro de la Academia Andaluza de Gastronomía

Jerez es mucho más que un vino

Jerez es historia. Son casi tres mil años los que iluminan la historia del vino más antiguo de occidente. Los fenicios ya lo comercializaban en el mediterráneo, los romanos lo utilizaron para animar sus famosas bacanales, los musulmanes lo destilaron y nosotros aprendimos a envejecer el aguardiente para elaborar el brandy.

Fueron los ingleses, irlandeses, escoces y franceses en el siglo XVIII quienes llegaron hasta la zona para elaborarlo y venderlo por medio mundo. De hecho, hoy en día filipinos, chinos y norteamericanos continúan girando la bota del Jerez y ampliando sus fronteras.

Jerez es cultura. La influencia del vino es de tal magnitud que llega hasta nuestra forma de entender la vida y las relaciones personales. En nuestra tierra se bebe vino y se comparte una cultura del vino a través de debates y charlas sobre enología con locales y forasteros. En nuestra tierra es fácil disfrutar de una gastronomía excepcional donde los vinos no sólo forman parte de nuestra mesa como acompañamiento, sino que también forman parte fundamental de la receta. En cualquier despensa que se precie, merece la pena reservar un lugar para nuestra gama de vinos secos, medios o dulces. Además son indispensables nuestros vinagres o nuestras soleras de Brandy.

Jerez es tradición. El Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda y Jerez de la Frontera se han convertido en el triángulo imaginario de la denominación de origen dónde la combinación de tradición e innovación es una constante. Los conocimientos se trasladan de padres a hijos de generación en generación. Este carácter tradicional no impide que surjan permanentemente nuevas ideas y proyectos que llaman la atención de los profesionales de cualquier rincón del mundo.

Jerez es futuro. Hoy son muchos los amantes del vino que vuelven a fijar su interés en nuestras soleras, especialmente en aquellas catalogadas como rarezas (VORS). Gracias a su perfecta conservación y extraordinaria calidad es posible degustar vinos que comenzaron a elaborarse hace más de dos siglos y que conservan hoy en día intactas todas sus características gracias al sistema de envejecimiento dinámico de criaderas y soleras. Ahora también los amantes de la coctelería tienen la oportunidad de descubrir como unas pocas gotas de este rico vino transforman por completo una bebida al igual que lo hacen los cocineros más afamados en sus platos.

Jerez es y será siempre mi casa. El lugar donde todo sabe el doble y cuesta la mitad. Un destino por descubrir y que debemos cuidar para las generaciones venideras. Jerez es sin duda el lugar donde todo hombre al menos una vez en la vida debe pasear, saborear, disfrutar y gozar. Un día en la vida sin una copa de vino de Jerez es un día perdido. Y es que Jerez es mucho más que un vino.

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