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Egipto baraja al Nobel de la Paz El Baradei como nuevo primer ministro

  • El líder opositor podría ser el encargado de dirigir la transición marcada por el Ejército tras el golpe de Estado Las revueltas en la calle dejan más de 35 fallecidos y 1.400 heridos

La confusión en Egipto es total. A las revueltas en la calle se sumó ayer la noticia y posterior desmentido de que el presidente interino egipcio, Adli Mansur, había designado al político liberal y premio Nobel de la Paz Mohamed el Baradei como primer ministro del país para que liderara la nueva transición marcada por el Ejército tras el golpe de Estado que el pasado día 3 depuso al presidente Mohamed Mursi.

Horas después del anuncio y de la cascada de reacciones desatada por el nombramiento, el portavoz de la Presidencia egipcia Ahmed el Moslimani negó que el político liberal hubiese sido elegido para el cargo, tal como había informado previamente la agencia estatal de noticias Mena.

El Moslimani matizó que el nuevo presidente interino todavía está llevando a cabo las consultas pertinentes para elegir al primer ministro y que El Baradei es uno de los candidatos para ocupar el puesto.

Mansur estaría, por tanto, estudiando aún la mejor opción tras haberse reunido estos días con dirigentes políticos, asesores y los ministros de Defensa, Abdel Fatah al Sisi, e Interior, Mohamed Ibrahim.

El Baradei fue uno de los invitados a esa ronda de contactos, en la que también estuvieron el islamista moderado Abdel Moneim Abul Futuh y el secretario general del partido salafista Al Nur, Galal Morra, entre otros.

La incógnita sobre el nombre del primer ministro parecía haberse resuelto cuando El Baradei fue llamado por segunda vez al Palacio Presidencial, motivo por el que el portavoz del Frente de Salvación Nacional (FSN), principal alianza no islamista, Jaled Daud, confirmó a Efe la designación del dirigente liberal.

El Baradei, líder hasta ayer del partido Al Dustur (La Constitución) y una de las principales figuras del FSN, alcanzaría así la jefatura del Gobierno, el primer cargo político que asumiría en Egipto.

Conocido por las simpatías que despierta entre los jóvenes revolucionarios, pasó de oponerse a la Junta Militar que dirigió Egipto desde la caída del presidente Hosni Mubarak en 2011 a posicionarse en contra de Mursi, que ganó las elecciones presidenciales de 2012.

Sin embargo, su mayor impulso lo obtuvo hace unos días, cuando el Frente 30 de Junio, que integra la campaña que recogió firmas y llamó a manifestarse ese día contra Mursi, lo escogió como representante político para la nueva etapa inaugurada por los militares.

La noticia del nombramiento (más tarde desmentida) levantó una gran polvadera. Y es que la rapidez con la que el presidente interino está llevando las reformas no gusta a los salafistas de Al Nur, que apoyaron el golpe de Estado para evitar el derramamiento de sangre y que ayer criticaron que no se les hubiera consultado la designación de El Baradei, una figura poco apreciada en el campo islamista.

Quienes se opusieron tajantemente a este tipo de maniobras fueron los Hermanos Musulmanes, que ayer volvieron a salir a las calles para reivindicar la vuelta al poder de Mursi, antiguo miembro de la cofradía. Así, en un comunicado en su página web, la Hermandad consideró su designación como un "premio" por su "papel en la planificación del golpe" militar. La designación "se produce pese a que la historia de El Baradei está manchada con la sangre del hermano pueblo iraquí, al que hizo pedazos", señalaron en referencia a su labor como director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), que coincidió con la invasión de Iraq por EEUU, en marzo de 2003.

Por su parte, miles de personas se congregaron en la plaza Rabea al Adauiya, unos de los feudos islamistas, en el oeste de El Cairo, para mantener la presión y condenar el golpe militar. "Votamos por Mursi. Hubo gente que no le votó, pero la mayoría sí. Hay que respetarlo porque así es la democracia", dijo la profesora Lobna Abdelaziz.

En un ambiente cargado de consignas religiosas, muchos manifestantes portaban una tarjeta verde (el color del islam) que decía "quédate en tu sitio", una forma de decir que mantendrán las manifestaciones hasta lograr la restitución del único presidente que consideran legítimo.

Mientras los islamistas instaban a las protestas para volver al anterior orden constitucional, el Frente 30 de Junio convocó manifestaciones para garantizar que el proceso actual siga su rumbo.

La situación es de tensa calma en el país, después de que partidarios y detractores de Mursi se enfrentaran el viernes en unos disturbios que causaron la muerte de al menos 35 personas y heridas a unas 1.400, según cifras de Sanidad.

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