Arreciaban los rumores de crisis en su matrimonio tras su ausencia en la entronización de Guillermo de Holanda y en otros actos oficiales celebrados estos días en el Principado. Por eso la princesa Charlene se ha visto ¿obligada quizás? a negarlo. No hay separación -al menos sentimental- del príncipe Alberto y los hijos llegarán cuando tengan que llegar.

En una entrevista concedida al diario sudafricano Sunday World , Charlene no sólo habla de Alberto como el amor de su vida, sino que también toca el tema de los hijos, o al menos de un futuro heredero para el trono de Mónaco. Alberto ya tiene 54 años pero a su esposa eso no le preocupa.

La princesa asegura que cuando se casaron no entraba en sus planes una maternidad inmediata. "Ni me dejo presionar ni me estreso yo misma. Lo primero ha sido adaptarme a mi nueva vida y para ello he necesitado tiempo. Tuvimos una gran boda y necesitaba descansar", afirma Charlene.

"Todo ocurrirá cuando tenga que ocurrir", insiste. "Primero he querido crear mi Fundación. Ahora ya he cerrado este tema y pienso que a partir de ahora podrán llegar los niños", concluye en unas declaraciones que por supuesto algunos han interpretado ya como un primer guiño a un posible embarazo de la sudafricana, de 35 años.

Desde la semana pasada, la princesa monegasca se encuentra en su tierra natal para ver de primera mano el trabajo que realiza allí la fundación benéfica que lleva su nombre, y también para asistir a la boda de su mejor amiga como dama de honor. Al menos eso es lo que se ha difundido en la web de la casa real de Montecarlo. Con todo, muchos medios de comunicación hablan del 'feo' de Charlene hacia Guillermo y Máxima, convertidos en los reyes más jóvenes de Europa.