Pasarela

Carolina cumple 61 años y sigue sin perder 'glamour'

Convertida en una madre orgullosa, feliz abuela e incombustible reina del glamour y la elegancia, heredadas de la recordada Gracia de Mónaco. Así celebra su cumpleaños la princesa Carolina, que ayer sopló 61 velas. Desde su nacimiento en 1957, Carolina ha pasado mucho hasta convertirse en quien es hoy. Muchos sucesos felices, pero también otros durísimos que hicieron que su mundo se tambaleara y marcaron su vida para siempre.

Se ha casado en tres ocasiones, ha tenido que enfrentarse al fallecimiento del amor de su vida y padre de sus tres primeros hijos, Stefano Casiraghi, a la prematura pérdida de su madre y hace menos la de su padre, ha sido madre en cuatro ocasiones, tiene cinco nietos, y al parecer otro en camino. Tuvo una adolescencia rebelde, plagada de escándalos que la prensa del corazón no dudó en publicar, lo que traía de cabeza a Rainiero y Gracia. Lo que más temían sus padres se convirtió en realidad al casarse con Phillipe Junot, niño rico y play boy, el 29 de junio de 1978. El matrimonio se rompió dos años más tarde debido a una infidelidad.

Un accidente de coche se llevó a Gracia en 1982. Rainiero se derrumbó y Carolina tuvo que ejercer de soporte para su familia, tanto emocional como institucional. Stefano Casiraghi logró devolverle la sonrisa en 1983 y le dio los años más felices de su vida. Se casaron seis meses después de conocerse, estando ella embarazada. Stefano murió el 3 de octubre de 1990 durante una competición náutica, a pesar de ser un gran deportista. El 6 de abril de 2005 falleció su padre y su muerte acercó a Carolina a su hermana, Estefanía, que siempre llevaron vidas muy diferentes. El 23 de enero de 1999, día en que cumplía 42 años, Carolina y Ernesto de Hannover sorprendieron a todos con su boda. Estaban esperando su primer y único hijo, Alexandra, tras tres años de relación. Separada de él, en parte por sus problemas con el alcohol, Carolina vive ahora volcada en sus hijos y sus nietos. La primogénita de Rainiero y Gracia sigue siendo un ejemplo de belleza y elegancia.

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